En Yanquilandia, o sea, EE.UU. de Norteamérica, con una población de 325 millones 700 mil habitantes, solamente existen cinco partidos legalmente constituidos y autorizados para participar en elecciones: Republicano, Demócrata, Libertario, Verde y De la Constitución.

Mientras que en “El País de Manuelito” (del escritor-diplomático Alfonso Barrera Valverde), o “Banana No Republic” tal fue bautizado nuestro Ecuador del alma por  “Inocencio” Correa en sus inolvidables noches de insomnio durante la década perdida, con una población (actual) de 17 millones 96 mil 789 habitantes (según el INEC), nos damos el lujo de tener 168 organizaciones políticas (entre partidos y movimientos) que acaban de inscribir a 80.281 candidatos a diferentes dignidades en los Concejos Electorales de las 24 provincias .

Pero (el infaltable), como si la abundancia y poco selectiva selección de candidatos y auto candidatos (en ciertos casos bien conocidos) no fuera suficiente para dar cumplimiento a los requisitos para que Guinness nos tome en cuenta en su Libro de Records, es necesario también considerar las propuestas que están haciendo a los electores, algunas de las cuales son absurdas, fuera de foco, ilegales y al margen de sus respectivas competencias, pasando por alto e ignorando aquello que dispone la Constitución de la República vigente en sus artículos 272 para los Gobiernos Seccionales Autónomos (Consejos Provinciales), 264 para los Gobiernos Municipales y 267 para los Gobiernos Parroquiales.

Veamos algunos ejemplos sin especificar lugares y nombres a fin de evitar aclaraciones y resentimientos:

“Con su voto haremos realidad nuestro plan para rescatar la familia” (¿?)

“Construiremos cuatro centros para tratar la adicción de las drogas”

“Tengo que darles créditos para que puedan echar a andar sus negocios”

“Reduciremos el índice de consumo de drogas”

“Construiremos una red de  guarderías infantiles para ayudar a las madres con el cuidado de sus hijos”

“Recuerden que una de mis ofertas es la creación de fuentes de trabajo”

“Nos dedicaremos a la exportación de artesanías”

 “Crearemos un centro de rehabilitación para jóvenes”

“Subiremos el nivel académico para alcanzar el desarrollo de nuestro cantón”

“Se abrirán 10.000 plazas de empleo”

“Construiremos 2.000 casas por año” 

“Mejoraré la calidad de vida de los habitantes del cantón”

“Crearemos una fábrica de reciclaje”

Y lo más curioso: Un candidato a alcalde, se olvidó de poner en la publicidad el nombre del cantón manabita al que pertenece (El Diario febrero 25 de 2019).