El uso de palo santo para espantar a los molestosos mosquitos que durante invierno hacen de las suyas, es una de ellas.
Ignacio Suárez usa una mezcla de montes secos y palo santo para deshacerse de los mosquitos.
“El palo santo es un remedio total para espantar a los mosquitos. Cada vez que es invierno voy al mercado a comprar para hacer mi repelente”, comenta este portovejense.
Así funciona. Habitualmente se hacen tiras pequeñas y se las coloca dentro de una vasija de barro o en una olla vieja.
Se colocan los pedazos de palo santo dentro del recipiente elegido y se agrega un carbón encendido para crear una especie de incienso.
Otra técnica es poner a ‘quemar’ un trozo del palo santo y luego juntarlo con los demás, pues el olor que emana esta especie es lo que ahuyenta a los mosquitos.
Esta característica también hace que el palo santo sea más popular que algunos repelentes o productos químicos para espantar insectos, ya que el olor es lo que hace que muchos lo elijan.
Costo. El palo santo se vende en troncos largos o en fundas pequeñas hecho tiritas.
Los precios van desde los 25 centavos, ajustándose a la economía de las personas, en el caso de las fundas.
Mientras que los troncos van desde los dos dólares. Su precio varía según el grosor y lo largo de cada uno.
Ceremonias indígenas. Pero hay que recordar que este producto fue utilizado por antiguas culturas prehispánicas y también por curanderos y shamanes andinos y amazónicos durante los rituales de limpieza y purificación.
Los sabios incas lo utilizaban en sus eventos religioso-espirituales, como herramienta para atraer la buena suerte, alejar cualquier signo de negatividad y como medio de conseguir una mejor comunicación espiritual con los dioses, destaca diario La Hora.