Una asociación comunitaria se formó en este sitio ubicado en medio de los páramos, con el objetivo de administrar el emprendimiento, informó diario El Comercio.
“Aquí las truchas alcanzan un gran tamaño. Nos beneficia la altura de la comunidad (3.400 metros), el clima y el agua que constantemente está fluyendo”, contó Marcelino Pilamunga, representante de la comunidad.
Allí viven 22 familias de la etnia indígena Puruhá y, antes de incursionar en la piscicultura, todas se dedicaban a la ganadería y a la agricultura. “Nos animamos a buscar nuevos ingresos porque empezamos a tener dificultades con la leche. Los precios cada vez son más bajos y los intermediarios que compran a veces no cumplen con los pagos”, indicó Pilamunga.
Éxito. Las truchas, en cambio, tienen una buena acogida en el mercado y el precio de USD 5 por kilo se mantiene fijo. La producción de la comunidad es de 30 kilos por semana.
Los pescados se comercializan en la feria de emprendimientos que organiza el Gobierno Provincial cada viernes. También se distribuyen a restaurantes y almacenes de cárnicos de Alausí, Guamote, Charicando, Chunchi y otras zonas. “Hay una alta demanda en el mercado y se han convertido en una excelente alternativa económica para las comunidades de Chimborazo”, dijo Beliza Álvarez, de la Unidad de Emprendimientos del Gobierno Provincial.
Esa entidad capacitó y entregó insumos a los habitantes de Llio que iniciaron el emprendimiento comunitario en el 2015 y analizan iniciar el mismo proyecto en Chinihuayco.
Para Hernán Pilco, técnico de Fomento Productivo, los páramos de Alausí están en una zona privilegiada por la abundancia de agua y la poca contaminación. “Nuestra propuesta está relacionada con la soberanía alimentaria. La idea es que las truchas se usen para la alimentación de la gente y pueden comercializar su excedente. La trucha tiene un amplio mercado”, indicó Pilco.