Si bien la nueva ley no es perfecta, ni totalmente alineada a los estándares internacionales de derechos humanos, hay que comprender que es la ley que en el Ecuador de hoy, de febrero del 2019, es posible, considerando las diferentes fuerzas políticas, gremiales y demás, que tienen intereses encontrados en la materia.

Mucho mérito tiene el presidente Moreno al haber liderado a tanta diversidad y de haber concluido el proceso así.

Y como si fuera poco, su endoso a la Declaración de Chapultepec, que es un conjunto de principios que defiende la libertad de expresión en América, da un claro mensaje a la comunidad de que quiere que los siguientes pasos a darse, ya sean reglamentos u otras disposiciones, estén acorde a la referida declaración.

Hoy Ecuador debe celebrar estos hitos, en especial los periodistas y los medios de comunicación.

Más adelante vendrán otros pasos para seguir avanzando en este camino constante de luchar por la libertad, pues, por ejemplo, todavía quedan normas que contienen artículos que obstaculizan la libre información y expresión de las personas.

Los cambios en que se ha involucrado el país deben conducir hacia el irrestricto goce de las libertades individuales y de los derechos de los ciudadanos.