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El doloroso costo de la libertad
El doloroso costo de la libertad
Por: Vicente Mendoza Pavón

Martes 19 Febrero 2019 | 04:00

La lucha de los pueblos por lograr su libertad ha estado marcada por las implacables persecuciones, torturas, la cárcel, el destierro y en muchos casos el asesinato de sus protagonistas.

Cuando las trece colonias que constituyeron los EE. UU. se rebelaron contra la opresión e injusticias que ejercía Inglaterra, ¿Cuántas muertes de patriotas produjo la guerra de independencia? ¿EE.UU. habría alcanzado su ansiada libertad si no se hubiese levantado en armas?, ¡jamás! La Historia nos enseña que sólo los pueblos que luchan por su libertad son capaces de lograrla; los opresores jamás sacarán voluntariamente sus botas puestas sobre nuestras cabezas, lo cual presupone un sangriento enfrentamiento: No hay libertad sin sacrificio, sentenció Alfaro.
Los casos más recientes de heroísmo, sacrificio y amor por la libertad lo constituyen la lucha de los pueblos vietnamitas y sudafricanos. El primero se enfrentó a los colonialistas franceses a quienes derroto en Dien Bien Phu, al mando del General Vo Nguyen Giap en 1954, tras una cruenta guerra que se inició en1946. La hoguera de la libertad consumió la vida de miles de patriotas que convirtió en sueño la recuperación de “la perla del imperio” como llamaban los colonialistas a al territorio colonial, naciendo así la República Socialista de Vietnam.
 Sudáfrica sufrió, durante trescientos años más o menos, la brutalidad del sistema colonialista: primero fue colonia de los portugueses, luego en 1652 los holandeses se apoderaron de ella y, a fines del siglo XVIII fueron los ingleses los que abusivamente la sometieron a su dominio colonial implantando el Apartheid, consistente en la práctica de un sistema político-administrativo segregacionista y racista, es decir, la gran población negra no gozaba de ningún derecho. 
Pero como tan perverso sistema avivaba la llama de la libertad y los ideales independentista, emerge la figura gigante de Nelson Rolihahla Mandela, brillante abogado, político con innatas condiciones de liderazgo y luchador incandescente que alumbró el camino hacia la libertad. A los 23 años se integró al Congreso Nacional Africano y, luego de una lucha pacífica contra el apartheid que no produjo ningún resultado positivo, inició la lucha armada clandestina, y fue apresado el 3 de agosto de 1962, sufriendo una prisión que duró 27 años, siendo liberado en 1990, En 1994 se celebró las primeras elecciones democráticas en la historia de Sudáfrica por medio de la cual se convirtió en el primer Presidente negro del país. 
El gobierno estadounidense lo tenía en su “lista negra” como terrorista, calificativo que dan a todo aquel que lucha por la libertad, la verdad y la Justicia.
Luchar por la libertad no es terrorismo, erradicar la mentira del discurso político es una obligación cívica y ética y, lograr la vigencia de la justicia social es un mandato cristiano, tarea que sólo puede ser cumplida por todos aquellos que no aceptamos la explotación del hombre por el hombre.
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