Durante unas excavaciones en la provincia de Astracán, en el suroeste de Rusia, los integrantes de un equipo de arqueólogos encontraron varias monedas de plata que datan de finales del siglo XIV.
El hallazgo, de por sí destacable, es aún más notorio si se tiene en cuenta que los investigadores gozaron de la valiosa (e involuntaria) colaboración de una marmota. El roedor, una especie muy abundante en la zona, empujó hacia la superficie un objeto que le obstaculizaba el paso en su afán por abrir un túnel subterráneo. El objeto resultó ser una bolsa de lona, prácticamente desintegrada, que contenía el tesoro en monedas de plata.
El descubrimiento tuvo lugar en la aldea de Selitrénnoye, donde se encuentran las ruinas de una ciudad que existió en los siglos XIV y XV.