Actualizado hace: 936 días 17 horas 26 minutos
Kepler Saltos, un trovador al cielo
Kepler Saltos, un trovador al cielo
Por: Bernardo Avellán Vélez
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Viernes 15 Febrero 2019 | 04:00

35 años fueron suficientes para hacer todo cuanto pudo ejecutar en la tierra. Pues no quiso darse el lujo de desperdiciar un instante su existencia, que la vivió a su manera. Al igual que un Nino Bravo criollo, deslumbró con su voz, vivacidad y actitud positiva ante un pueblo que lo aclamaba en cada una de sus presentaciones. Kepler Saltos vivió cada segundo de sus existencia sin conocer jamás fronteras, con una notable y animosa actitud de vida.

Bregó cada camino, cada sendero por difícil que sea, luchó denodadamente contra todo obstáculo que le impusieran las circunstancias, esforzándose por cristalizar sus ideales, que fueron muchos y por los cuales se transformó en un faquir de la música y en un educador de juventudes. 
Su gran carisma y fraternidad fueron sus características intrínsecas más notables, un cúmulo de fortalezas anímicas, que quedarán como referentes a través del tiempo para los jóvenes que fueron sus alumnos y muchos de nosotros, que admirábamos su actitud mental positiva ante cualquier circunstancia.
El cantante manabita había llegado a realizar quizás su último show, en el centro de eventos La Esperanza, ante un impresionante marco de público, horas antes del fatal accidente, poniendo a prueba sus cualidades artísticas, plasmando y dejando en la platea su profesionalismo, haciendo emocionar a los asistentes. Fueron 60 minutos de una apoteósica intervención musical con su banda Los Panteras, donde puso a vibrar a más de 4.000 almas en un concierto memorable, para terminar con la canción emblema de nuestra tierra, el pasillo “Manabí”. Luego, su despedida del escenario, bajando de la tribuna con pañuelo en mano y camisa empapada en sudor junto a sus compañeros músicos; tiempo en el cual se le pudo estrechar las manos en un caluroso e irrepetible saludo, para trasladarse horas más tarde a otros compromisos musicales, que lo llevaron a cantar frenéticamente hasta el otro día, sin saber que fueron los últimos de su vida.  
En la academia se ganó la admiración y respeto tanto de colegas docentes universitarios y estudiantes. Kepler Saltos, el académico, había ingresado por un concurso público de méritos y oposición. La rectora de la Universidad San Gregorio de Portoviejo, durante el homenaje post mortem a su memoria, se refirió así del desaparecido docente y artista: “Más allá de sus méritos profesionales y de su capacidad pedagógica demostrada, fueron evidentes sus cualidades de gran ser humano, jovial, atento, respetuoso, pero sobre todo con un especial carisma. José Kepler Saltos Zambrano se ganó fácilmente el aprecio, el afecto y la admiración de estudiantes, trabajadores, empleados y profesores de la USGP, a tal punto que se convirtió en poco tiempo en un distinguido profesor con un amor profundo a la institución que le había abierto las puertas para cumplir uno de sus más preciados  sueños, ser un gregoriano”…
Descansa en paz, artista manabita.
 
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