Cuenta que cada día le pagan 15 dólares por convertir una gaveta de pinchagua en pequeños trocitos que luego son curtidos con limón para su venta en tarrinas. Lo adquieren restaurantes y familias para hacer ceviche. 

Cuatro compañeras más están en el mismo negocio y en ocasiones pueden curtir hasta tres gavetas. Sin embargo esta actividad se va a paralizar durante 37 días, mencionó la mujer.

La veda. Miles de personas de estas comunidades están preocupadas por la crisis que atraviesa el negocio. Ellos señalan que las vedas (prohibición de pescar) cada vez son más extensas y en estos sitios aproximadamente 4 mil personas dependen de esta actividad, por lo que se avecina toda una cadena de afectaciones.

Antonio Briones, presidente de los pequeños comerciantes de la especie en Los Arenales, dijo que antes la veda duraba un mes, en marzo, y la otra en septiembre; sin embargo, este año la veda iniciará este 17 de febrero y terminará el 25 de marzo, que suman 37 días, mientras que la segunda será todo el mes de octubre y el de noviembre. En total sumarían cerca de cien días sin trabajar, alertó Briones.

Ana Rosado, quien se dedica a eviscerar el pez, recalcó que todas las familias dependen de la actividad en alguna medida,  ya sea pescando, descargando, haciendo fletes o fileteando la pinchagua.  Explicó que antes, como se pescaba bastante en esta parte del mar, la actividad era muy intensa, tanto que  les permitía ahorrar dinero y cuando se paralizaban, utilizaban esos fondos para comprar alimentos.

Los comuneros dijeron que ante la crisis han llegado a ofrecerles bonos de sustentación, así como créditos con entidades financieras y hasta raciones alimenticias, pero Briones señaló que ellos no están bien informados respecto al tema y esperan que no se trate de una estafa. 

Desde la Subsecretaría de Pesca se ha dicho a medios nacionales que un informe del Instituto Nacional de Pesca sugirió la veda en el período indicado.