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Portoviejo
Por un error le dieron la libertad antes del tiempo previsto

Noel era más veloz que el viento y en su motocicleta recorría la ciudad en un abrir y cerrar de ojos. Por eso lo buscaban ciertos amigos...

Lunes 11 Febrero 2019 | 11:00

 Su especialidad era la velocidad, fue una afición que se le pegó de niño, luego de adolescente, cuando acudía a una pista de motocross en la vía a Manta, hasta donde llegaban los mejores pilotos del país para competir.

La adrenalina, como él mismo dijo, lo llevó a subirse en una motocicleta y correr. Esa afición no fue bien llevada y llegó el momento en que amigos del barrio se le acercaron para hacerle propuestas indecentes.

Víctima. “Pulpo” trabajaba como guardia de seguridad y cierta noche robaron en su lugar de trabajo.
Reconoció que se quedó dormido y que en ningún momento se dio cuenta de lo sucedido. Por aquel motivo fue apresado al convertirse en el principal sospechoso del atraco.
Noel estuvo preso más de un mes para investigaciones y en ese tiempo su familia se endeudó y gastó hasta el dinero que no tenía para llevarlo de vuelta a la calle, ya que su hijo preguntaba constantemente por él. 
La justicia falló a su favor y volvió a casa para retomar su vida. Los pocos días en la cárcel le sirvieron como ancla para frenar sus sueños, ya que no pudo recuperar su empleo. Había quedado marcado.

Al ruedo. Moto, ropa, alhajas, todo lo de valor fue vendido y cuando ya no hubo algo para vender debieron recurrir a los chulqueros.
Llegó el momento en que Noel recordó que tenía una virtud para explotar y hacer dinero: era conducir motocicletas. Así que fue donde sus amigos del barrio y se ofreció para trabajar.
Lo que le propusieron fue que integrara una banda delictiva. Al principio no quiso, pero luego aceptó.
La banda tuvo de cabeza a la Policía por mucho tiempo. Un día entró en servicio el ECU-911 en la provincia y con ello los maleantes se vieron afectados, ya que la Policía los podía cercar y aprehender.
Durante dos años “Pulpo” hizo dinero en su “empleo”, hasta que lo detuvieron y sentenciaron a seis años de cárcel. En el segundo año le llegó la boleta de libertad.
Cuando fueron por Noel no puso trabas, y salió. Sucede que un homónimo (otra persona con el mismo nombre) era quien sería beneficiado.  
Un juez lo llamó a dialogar y acordar la entrega.  
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