Sin embargo de esto, no todo es malo. Manuel Eche, por ejemplo, no duda en afirmar que la mejor obra que tienen los vecinos es el centro artesanal que funciona dentro de la parroquia Santísima Trinidad.

“Es muy bueno porque, además de las atenciones con terapias, enseñan a hacer velas y costuras”, cuenta el morador. 

De acuerdo con la hermana Beatriz Arteaga, su coordinadora general, el centro fue fundado hace 17 años por la congregación de las hermanas del Ángel de la Guarda.

A partir de allí el centro fue creciendo en sus atenciones, tanto que el año pasado hubo 13.778 personas atendidas, sobre todo en terapias físicas, ocupacionales y de lenguaje.

Arteaga trabaja con 3 terapistas y 4 monitores, cuyos sueldos son cancelados por el Consejo Provincial.

Eche, quien vive en una calle transversal, asegura que si bien el centro artesanal es lo mejor del barrio, también hay problemas permanentes, como los postes de alumbrado y las calles, las cuales conservan su condición original desde cuando ellos llegaron: puras piedras.