El neoliberalismo es un modelo económico que revive varias tesis de los clásicos de la economía política. A fines del siglo XVIII e inicios del XIX se volvió dominante en los ámbitos del poder internacional y medios de opinión pública de los países desde los más poderosos hasta la mayoría de los más pequeños del  mundo.

Bajo sus influencias se han puesto en marcha políticas que apuntan al ajuste económico, la eliminación de subsidios y la reducción de los tamaños de los Estados,  en los países ricos del Primer Mundo, y en los pobres terceros como se los identifica, las políticas neoliberales son alentadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y  otros organismos que han logrado a veces estabilización monetaria y reducción de la inflación, pero han provocado al mismo tiempo la profundización de las diferencias entre ricos y pobres y entre estos últimos un gran incremento de amplios sectores de la población lanzados a la pobreza extrema.

Nuestro pobre y rico Ecuador no ha sido la excepción y aquí se ha duplicado sostenidamente estas políticas desde inicios de la década de los ochenta. En nuestro país y otros países, no solo en los pobres sino hasta en los ricos -aunque hubieran tenido efectos positivos-  han traído empobrecimiento de amplios sectores y han agudizado tensiones sociales.

Amigo lector, usted conoce que las tendencias como los indicadores de los organismos financieros internacionales reconocen y señalan que debe promoverse  el gasto social. Este es solo un paliativo pero no es un real esfuerzo de cambio estructural.

La historia de nuestro país señala que a fines de 1999 e inicios del 2000 se agudizó el conflicto por la aplicación de medidas económicas o ajustes por un Gobierno inepto y corrupto, estalló una crisis bancaria y la inflación se disparó. Recordemos el feriado bancario, bajo estas vivencias se adoptó la dolarización, se eliminó el sucre que era nuestra moneda nacional, y la moneda de los Estados Unidos pasó a ser de circulación nacional y obligatoria. 

La medida fue sumamente polémica, fue tomada en forma inconsulta y con la oposición de la mayoría de la población, pero sus efectos son de larga duración, nuestro país debe ahora moverse en medio de la nueva realidad y tratar de estabilizar su economía creando condiciones de producción y competitividad internacional.

Ecuador debe desarrollar sus potenciales, por ello debe explotar sus recursos para satisfacer las necesidades de su población, para impulsar el desarrollo económico. La paradoja es que somos un país muy rico en recursos, pero su pueblo pobre vive condenado en la miseria.