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El Carmen
Tras ocho años de consumo ve la muerte en cada fechoría

Un hombre de 25 años, identidad reservada, se siente atrapado en el infierno de las drogas, y su deseo es abandonarlas.

Jueves 17 Enero 2019 | 11:00

Bajo los efectos de la sustancia ha llegado a robar los enseres de su propia casa para empeñarlos o venderlos, y así comprar droga.

Comentó que desde temprana edad y por “encame” de unos amigos probó la marihuana y aunque fue una experiencia desagradable, por razones inexplicables la llevó a su boca dos días después.
Una tarde de domingo, cuando terminaba de hacer deporte, su ropa terminó sucia, con una que otra hierba del césped verde en su cuerpo.
Ese mismo día otra hierba verde se le pegaría, pero a su vida y a su cerebro: la marihuana.
Ese fue el inicio de su camino por el mundo de las drogas. Un mundo que lo tiene atado de pies y manos, dijo en tono desesperado.
Callejero. Él se considera una persona de la calle. Su ropa luce sucia y con un mal olor, debido a que llevaba tres días seguidos con las mismas prendas.
El compromiso con su pareja lo rompió debido al consumo de drogas, abandonó a sus hijos y sus padres también lo echaron de casa.
Las calles se han convertido en su morada diaria. Todos los días consume droga y alcohol. Es consciente de que su vida corre peligro no sólo porque se siente enfermo, sino que cada que le “entra a robo” a alguien teme que le quiten la vida.
Se considera una persona joven, que aún tiene muchos años por delante, pero sabe que si sigue con su “enfermedad” terminará muerto en cualquier momento. 
Con su cuerpo escurrido y su cara demacrada, el hombre cuenta que a escondidas de sus padres consumía la hierba. 
“Al principio lo hice por hobby, pero después la situación se me fue de las manos, hasta que se me hizo incontrolable”, añadió.
Ayuda. Piensa salir de las drogas sin necesidad de ingresar a una clínica, cree que con su fuerza de voluntad le alcanzará para dejar atrás más de ocho años de consumo.
Su deseo algún día es dar charlas en las unidades educativas, contándoles a los jóvenes sobre su experiencia y lo que busca es que nadie se meta a ese “infierno” de las drogas, aseguró.
Entre tanto y hasta que la ayuda llegue, seguirá por las calles contaminando su organismo, dijo.
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