Pongamos en perspectiva su potencial para nuestra economía. Una tonelada de cobre concentrado cuesta en el mercado 6 mil dólares. Un solo proyecto, al sur de Ecuador, El Mirador, comenzará a producir llegando a una capacidad inicial de 500 mil toneladas anuales. Esto se dará en el transcurso de la vida de la mina, que será cerca de 40 años. 500 mil toneladas anuales a 6 mil dólares la tonelada significa rubros de 3 mil millones de dólares. De esos montos el estado y las comunidades donde el proyecto radica tendrán sus regalías e ingresos por la explotación. 

Este proyecto significa miles de plazas de trabajo directos y decenas de miles indirectos. Su inversión sobrepasaría los mil millones. Un solo proyecto. Hay muchos más de menor, igual y mayor envergadura en el norte, sur y centro del país. Eventualmente millones de toneladas anuales con miles de millones de dólares trabajando dentro de nuestra economía, produciendo trabajo para todos.

La era del petróleo se acabó y lo que nos queda es la minería. Esto es una realidad y se está desarrollando poco a poco con una gran resistencia por parte de grupos ambientalistas y comunidades que tal vez no tienen información de que la minería moderna es mucho más limpia y eficiente preponderando en el cuidado al medio ambiente. Un grupo pequeño de mineros artesanales le podrían hacer mucho más daño a nuestro ambiente que una gran industria con todas sus maquinarias y procesos.

Chile y Australia son lo que son por su minería. Perú va por el mismo camino. Son los mayores explotadores de mineral en el mundo aplicando las mejores prácticas en la industria y respetando al medio ambiente. Ellos tienen políticas de estado hacia su mineral porque son fuentes de progreso y desarrollo. Ecuador no puede vivir en la pobreza cuando tenemos tanta riqueza en nuestro suelo.

El puerto de Manta tiene que prepararse en los próximos 5 a 8 años, ya que hay dos importantes proyectos mineros en fase de exploración intermedia en la parte central del país. Su infraestructura vial hacia el centro será clave. Manta-Manaus se fue de las manos porque no se pudo ni siquiera construir Manta-Quevedo. La capacidad de planeación de nuestras autoridades municipales y provinciales nuevas y su visión se pondrán a prueba. ¿Se repetirá la historia?