Así como los candidatos tienen la obligación de presentar sus propuestas, incluso oficialmente ante el Consejo Nacional Electoral; los electores, los ciudadanos que acudirán a votar tienen la obligación cívica de estudiar a los candidatos y sus propuestas. 

Cada cantón y provincia serán mejor cuando sus hijos se preocupen por ella y enriquezcan el foro público con preguntas, ideas, cuestionamientos, críticas, reclamos, fiscalizaciones, etc. No cabe el silencio.

Se hace un llamado a las organizaciones privadas, como clubes, colegios profesionales, medios de comunicación, a hacer una verdadera cruzada en busca de que las propuestas sean profundamente analizadas y escudriñadas.

Casi nada se ha conocido sobre fiscalizaciones ciudadanas hechas a las ofertas de campaña que las actuales autoridades en funciones hicieron hace cuatro años cuando eran candidatos. Con seguridad muchas promesas quedaron en eso, en solo promesas. 

Las siguientes semanas son una oportunidad para el civismo, para discutir sobre el pasado de los candidatos y su hoja de vida, así como de nuestras comunidades, su presente y futuro y los planes para que se desarrollen.