Actualizado hace: 935 días 15 horas 1 minuto
Los “Chamos” ponen la fuerza

Varios venezolanos trabajan en la playa de san mateo transportando tinas llenas de calamares hasta el carro que se llevará la carga.

Domingo 13 Enero 2019 | 11:00

Carlos Rujano se gana la vida lejos de su tierra. Él es un venezolano que llegó a Manta y trabaja en la playa de San Mateo.

Rujano ayuda a los comerciantes en el desembarque de calamares. 

Cada tina llena de mariscos tiene un peso aproximado de 120 libras. A Carlos le toca transportarla desde la lancha, en la orilla de la playa, hasta el camión que transportará el producto.
El recorrido es de 40 metros y lo hace con la tina al hombro. 
Por cada tina que carga recibe un dólar. En cada jornada, que inicia a las 04h00 y termina a las 09h00, carga un promedio de 40 tinas. 
“Todo depende de la suerte que tengan los pescadores; existen días en los que se trabaja más, y otros menos”, expresó.
Una parte del dinero se la envía a su familia en Venezuela, donde tiene a sus dos hijos, su esposa y sus padres. Es más del 50 por ciento. 
Cuando el trabajo en la playa escasea, labora como albañil o electricista. A él lo único que le interesa es trabajar y ganar dinero.
Carlos mencionó que en los seis meses que tiene en Manta “gracias a Dios” ha podido trabajar sin ningún problema. Él es licenciado en Contaduría Pública, y en Venezuela tenía un empleo estable en una empresa, además cursaba el quinto semestre de Ingeniería Civil. 
“Tenía una vida tranquila. Con lo que ganaba me alcanzaba para mantener a mi familia. Lástima que todo cambió”, dijo Carlos. 
Agregó que no pierde la esperanza de que las cosas cambien en su tierra para regresar y estar junto a su familia.  En Manta vive solo en un departamento que alquila.
Javier Lucas, inspector de Pesca del Ministerio de Acuacultura y Pesca, explicó que la captura de calamares se hace en las noches y depende de la luna. Cuando hay luna llena, la pesca escasea y los pescadores prefieren no salir a sus faenas.
Compatriotas. A la playa de San Mateo llegan alrededor de 30 hombres, casi todos venezolanos, para trabajar como cargadores. Sergio Duarte es otro de los que llegan en las madrugadas. Lo hace junto a varios amigos. Él manifestó que el trabajo es muy duro, pero sabe que tiene que esforzarse para ganar dinero.
Una pequeña proporción de ciudadanos venezolanos que residen en el país cuenta con un contrato formal de trabajo. De acuerdo con datos del Ministerio de Relaciones Exteriores, en el país se han establecido en los últimos tres años alrededor de 250.000 ciudadanos venezolanos. Pero solo 8.617 contaban con un contrato de trabajo en el sector privado, con corte al 7 de agosto del año pasado.
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