Paul y Anne Mock estaban en su finca con sus hijas cuando una gran tormenta arrojó casi 70 mm de lluvia a su presa. Paul, preocupado porque el agua rompiera las barreras de protección, salió en medio de los rayos y la lluvia, publica el diario The Guardian. Sin embargo, se llevó la sorpresa de que cientos de sapos de caño invadieron su jardín y una docena de ellos estaban encima de una pitón de 3,5 metros de largo, que cruzaba a toda velocidad. El sorprendido hombre dijo que literalmente los transportaba.