La vigilancia en las zonas comerciales que fueron afectadas por el terremoto es, también, una forma de contribuir a la reactivación económica de esos sectores, pues ofrece seguridad a los compradores.

Solamente en el centro de Portoviejo se reportaron 37 robos de accesorios de vehículos entre enero y octubre de este año. La cifra corresponde a los casos que se han denunciado en la Policía, aunque podrían ser más porque muchos actos delictivos ni siquiera llegan a conocimiento de los agentes.

Los comerciantes insisten en que la seguridad es vital para que aumenten sus ventas, porque la falta de vigilancia incrementa la sensación de vulnerabilidad y aleja a sus potenciales clientes.

Quienes reabrieron sus negocios en el centro de la ciudad todavía buscan recuperarse de las pérdidas que les ocasionó el terremoto de abril del 2016, pues tras el desastre debieron cerrar sus locales y, en muchos casos, establecerse en otros sitios con lo poco que pudieron recuperar hasta que pudieron regresar a sus antiguos lugares.

Entre estos comerciantes hay quienes no han podido acceder a los tan anunciados créditos de reactivación porque los requisitos les han limitado esa posibilidad, con el lógico aumento de la incertidumbre por el futuro de sus negocios.

Diciembre es uno de los meses de mayores ventas del año, pero también es una época en la que la inseguridad es más perceptible. Los comerciantes de las zonas afectadas por el terremoto merecen una oportunidad para reactivar sus negocios y la seguridad es una aliada en este sentido.