El recuerdo del último feriado, el de los Difuntos, cuando las ventas estuvieron a altura de sus expectativas, los anima.

Aunque su hostal no tiene una gran capacidad -solo tiene 5 habitaciones- David Reece se encuentra emocionado porque su negocio es sitio tradicional durante las fiestas de fin de año, sobre todo por la comida.

“Aquí tenemos una cena exquisita, la cual la hemos denominado Aire, mar y tierra, que es una fusión de comida manabita con algunos ingredientes especiales”, manifestó Reece, quien llegó desde Quito en calidad de mochilero y se enamoró de estas playas.

Aunque asegura que como nunca la actividad turística ha bajado, tiene fe en que el feriado los recupere.

Frente al mar se encuentra el Hotel Gran Oasis, en donde su copropietaria Irmery Castillo ofrece habitaciones con precios desde 25 dólares hasta 38.

Reservaciones. “En realidad todos los años estamos en promociones y nuestras ofertas incluyen algunos atractivos, como piscina, hidromasaje, desayuno continental y servicio de te y café”, dijo la empresaria, quien agregó que ya se están haciendo las reservaciones de las 22 habitaciones de las que dispone su hotel.

Para Óscar Mendoza, presidente de la Asociación de Servidores Turísticos de Crucita, lo más importante es la atención al cliente y que este se sienta bien servido, lo cual ya es una tradición entre los hoteleros de la parroquia.

“Después del feriado de los Difuntos, que nos fue recontrabien, esto bajó a más de la mitad, debido a lo cual estamos haciendo todos los esfuerzos para recibir a los visitantes”, dijo Mendoza, también propietario del hostal Marlin.

El empresario hizo hincapié en que las autoridades deberían difundir otros atractivos de Crucita, como es el anidamiento de tortugas, el cual se está dando por estos meses.

“Es un verdadero espectáculo el que se da en el sector de Las vegas, muy poco difundido”, señaló.

De acuerdo con la información que dispone, las reservas hoteleras, hasta el momento, no superan el 15 por ciento de la capacidad.