Pilay, de 60 años, recordó que cuando era pequeño nadaba en el río Portoviejo y el puente Chile era un ícono de la capital. Pasó de ser un puente colgante, en el siglo pasado, a uno de madera y, por efectos del tiempo, a una de pilas de hormigón con estructura metálica y tablones, que sufrió daños en el terremoto y era un riesgo para quienes lo cruzaban. Ahora espera que el municipio acelere el proceso para construir el nuevo puente peatonal, que será financiado con recursos de la reconstrucción.

Obra. El desmontaje del puente es parte del inicio de los trabajos para la construcción del ducto cajón de aguas lluvias desde la calle Quiroga hasta el río, en una longitud de 168 metros. 

Xavier Solís, director municipal de Obras Públicas, explicó que la obra es parte de la continuidad de la regeneración hacia la prolongación de la calle Chile, donde se colocará hormigón y asfalto y postes metálicos, pero no se hará soterramiento eléctrico y de telecomunicaciones ni adoquinado porque esa es una zona inundable.

El ducto cajón evitará que en creciente el río ingrese por el sistema de aguas lluvias y deposite sedimentos. Con 3 válvulas de clapeta, accionadas manualmente, se evitará que entre el agua. Solís aclaró que no es un proyecto de mitigación por inundaciones.

La obra fue adjudicada al Consorcio Chile, cuyo procurador común es Luis Fernando Zambrano, por un monto de 699.745,28 dólares, rubro que no incluye IVA ni fiscalización. Este valor es financiado con un crédito del Banco del Estado. El plazo es 180 días. 

La fiscalización será externa, el proceso está en el portal por un monto de 24.431 dólares y debe ser adjudicada hasta el 26 de diciembre. Mientras tanto el municipio fiscaliza la obra con Agustín Carvajal.

Solís dijo que el desmontaje del puente es parte del contrato.