Estudios.  En Ecuador, los primeros estudios de ese arte se dieron en la Amazonía por el arqueólogo Pedro Porras G., en la década del 70, específicamente en la cuenca del río Catazho, en la parroquia Indanza del cantón Limón Indanza (Morona Santiago). 

Gracias a una posterior investigación de María Fernanda Ugalde Mora, PhD de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, financiada por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, hoy se conoce que en ese lugar se localizan 122 petroglifos con figuras antropomorfas, zoomorfas, fitomorfas (plantas) y geométricas.

 

Petroglifos. Otras investigaciones han confirmado la existencia de petroglifos como los documentados por Elizabeth Bravo y Marcos Vargas (2012) en la provincia de Bolívar, así como también en la provincia de Manabí, en el sitio La Dibujada (parroquia Ricaurte, cantón Chone), por Julio Viteri G. 

También sorprenden los grabados en roca de Jorupe, cantón Macará (provincia de Loja).

Como se conoce, solo la materia orgánica puede ser fechada a través del método del carbono 14, mientras que el fechado de las rocas es muy difícil. Además, la edad de la roca no corresponde a la del arte. Por ese motivo los petroglifos no se pueden datar. 

Sin embargo, nuevos métodos, como el fechado de los sedimentos orgánicos depositados en las ranuras de los símbolos, extraídos a través de la microestratigrafía, pueden darnos pautas para conocer la antigüedad de esos grabados en piedra. Sin embargo, el método empleado en Ecuador ha sido asociar estas manifestaciones culturales con la cerámica encontrada en los alrededores de las figuras, lo cual es un indicador de cronología relativa. Es decir, lo que se está datando son los artefactos manufacturados (cerámica) por el grupo humano que quizás vivió en esa época.

Tales estudios han determinado que los petroglifos en Ecuador comienzan a manifestarse a partir de las sociedades agroalfareras, probablemente en el siglo V antes de Cristo.

 

Arte rupestre. Los investigadores proponen una idea aceptada en los círculos académicos sobre el origen neurofisiológico, que determina que nuestro arte rupestre pudo ser resultado de la reacción producida por sustancias psicotrópicas. Ahora lo que hay que descifrar es si la elaboración del glifo fue en ese momento o después de la reacción psicotrópica. 

Como fuera, estas expresiones se concatenan con el mundo espiritual, el cual es un acto público de eventos de carácter ritual.