Ha perdido de todo. En el sur de Manabí no se hizo la represa Mis Baque de Paján y la de Sancán (Jipijapa); en el norte tenemos que pedir la represa Jama Coaque, pues el agua es el verdadero desarrollo para nuestra provincia. El centralismo nos ha venido ofreciendo mentiras y engaños.

Nuestros representantes se entregan al poder político. Están comprometidos con los partidos políticos nacionales; ellos obedecen una línea nacional y jamás van a dar su voz de protesta contra el centralismo. Son cómplices.

Las voces ciudadanas lamentablemente también han caído en las garras del poder, pues les ofrecen un cargo provincial y los callan, pero todavía habemos voces que no han podido ser calladas y estamos dispuestos a seguir en esta lucha por captar el poder.

Es que no tenemos poder político. Si vemos la historia, especialmente en los últimos años, todas nuestras autoridades como prefectos, alcaldes, asambleístas, presidentes de las parroquias, ellos se contentan con liderar los procesos parroquiales, cantonales y provinciales. Es ahí donde nos perdemos los manabitas.

Hay que recuperarlo, porque sino vamos a continuar con lo mismo. Para esto propongo que a través de los movimientos provinciales, cantonales y parroquiales nos unamos.

El proceso tiene que liderarlo el próximo prefecto con todos los alcaldes y autoridades que serán elegidas el próximo año. Desde ahí llevar el mensaje de igualdad para todos los ecuatorianos.

Podemos reivindicar este tipo de aspiraciones que tenemos los manabitas y todas las provincias olvidadas del Ecuador. Este sueño tenemos que hacerlo realidad, tenemos que ofrecer, negociar con todas las provincias, es decir, Manabí a la presidencia; Esmeraldas la vicepresidencia, y las diferentes provincias darles un ministerio a cada uno.

Si logramos captar el poder a través de un presidente manabita y una vicepresidenta de la provincia de Esmeraldas, ahí ya vendría este cambio radical para gobernar con igualdad. El problema es que los manabitas no sabemos votar, votamos por los mismos de siempre.

Aquí el éxito es la unidad, creo que quien debe liderar este proyecto político es el prefecto, lamentablemente el actual no quiso liderar este proceso porque estaba ligado al poder político y hacía un silencio cómplice.