Usted fue uno de los que impulsó una consulta popular en el 2000 para la autonomía, pero no ha cambiado eso ¿Qué ha pasado?

La Constitución de Montecristi hizo retroceder cualquier avance descentralizador. La Constitución de 1998 abrió posibilidades de avanzar en procesos no solamente de descentralización administrativa, sino de desconcentración del poder político, pero la Constitución del 2008 amplió las competencias de lo que ellos llaman en Estado central y le disminuyen las competencias a los organismos regionales.

 

¿Eso fue una decisión equivocada o respondía a alguna estrategia?

Respondía a un plan y a una estrategia que no era nueva, que era fruto de una tesis que se la planteó en el Gobierno de Rodríguez Lara (1972-1976). Eso ya en la junta de planificación con el Consejo Nacional de Planificación, como se llamaba en aquella época, se planteó una distribución regional horizontal, contrariando lo que histórica y geográficamente existe en el país, que es una distribución vertical.

 

¿Qué nivel de responsabilidad hay de las autoridades de Manabí?  

Yo le atribuyo una mayor responsabilidad a la falta de una visión y una defensa adecuada de nuestros representantes, dirigentes de los organismos seccionales.

 

¿Quiénes por ejemplo?

¡Todos! no excluyo a ninguno. Es decir, prefecto, alcaldes y asambleístas. Todos debieron hacer un frente común para defender los intereses de Manabí. 

 

Algunos analistas consideran que el centralismo no es sólo en recursos, sino en administración pública ¿Usted concuerda con ellos?

Por supuesto. Se va poniendo estratégicamente gente en todos los puestos de las distintas funciones del Estado, no solamente en la función Ejecutiva, Legislativa, social, función de control. Se ha ido penetrando el centralismo y poniendo gente que le va quitando espacios a la gente de nuestra provincia. Esto es terrible, se van generando más desigualdades, más injusticias.

 

¿La desaparición de la CRM, la JRH y la CEDEM contribuyó a que la diferencia sea aún mayor? 

Por supuesto, porque se ha quitado una institución regional. El caso de la CRM es un caso emblemático por su antecedente histórico. Es habernos despojado de algo que fue fruto de una lucha histórica de todos los sectores de Manabí, reclamando un organismo que atendiera el déficit del suministro del agua.

Se perdió algo nuestro que después de todo era una institución que desde aquí hacía algo por nosotros, frente a otra institución que tiene algún nivel de sensibilidad porque al no ser una institución nuestra, le preocupa poco la angustia y el problema que tenemos.

 

¿Hay salida para combatir el centralismo?

Estas son luchas que no se agotan en un momento dado de la historia, son luchas permanentes.

 

¿Y quién debe liderar esa lucha?

Debemos liderarla nosotros mismos. Mi deseo es que siempre tengamos líderes frescos que puedan en un momento dado reivindicar los derechos de la provincia.