Los casos de nepotismo en los municipios manabitas son algo que siempre está presente. Recuerdo que en el año 2005, en el cantón Olmedo, cuando era alcalde Winston Mieles, varios concejales denunciaron que algunos puestos administrativos eran dirigidos por familiares del burgomaestre. En Montecristi, en agosto de 2013, cuando Washington Arteaga fue alcalde, tres concejales denunciaron ante la Fiscalía un supuesto acto de perjurio y nepotismo contra el vicealcalde de esa administración.

¿Qué pasa en la actualidad? ¿Será que se acabó el nepotismo en el Municipio de Montecristi? Si es así, qué bueno. Pero si existen casos, ¿por qué los concejales no denuncian como se hizo en el pasado? No quisiera generalizar, tampoco creo que los ediles tengan familiares trabajando dentro del municipio. Y, si los tienen, ¿será esa la razón de su silencio? Espero que no sea así. Las personas dirán que soy mal pensado. 

¿Existen o no los organismos de control del Estado que deberían corregir estos desaciertos administrativos? ¿Cuáles son las pruebas que necesitan para sancionar a los funcionarios que caen en estos actos?