Algunos prefieren el concepto de Educación para la democracia, con el cual se construyen acercamientos teóricos, ofertas curriculares, alfabetización de la libertad y el buen vivir. La confluencia entre la educación y la democracia identifica también a los actores con su filosofía y acciones a favor de la autonomía y el progreso personal y de los conglomerados sociales.

La educación es clave en la construcción de sociedades democráticas que, en la contemporaneidad, están marcadas por las Tecnologías de la Información y del Conocimiento, con las que se promocionan candidatos, partidos e ideologías mediante dígitos, productos simbólicos y lenguajes sofisticados.

Los nuevos ciudadanos manejan la información en forma masiva, rápida y eficiente. Navegan por internet, chatean, ven videos y escuchan música al mismo tiempo. Estos electores tienen nuevas necesidades y los educadores deberíamos estar preparados para responder sus interrogantes, ya sean simples o complejas.

En Ecuador, vivimos una transición que está enfrentando a dos fracciones del movimiento político más poderoso de la última década, mientras decenas de partidos y grupos están totalmente concentrados en las próximas elecciones de marzo del 2019. 

En este contexto, la sociedad civil no se está preguntando cómo comenzar una nueva etapa que construya una democracia más profunda y participativa; sobre todo para los jóvenes, tanto para los que trabajan y estudian o para aquellos que por diferentes causas no lo están haciendo.

La construcción de la democracia no es tarea exclusiva del Estado o de las organizaciones políticas, sino de la sociedad en su conjunto. La política no debe definirse solamente como la lucha por el poder público y el sufragio universal, sino como un sistema educativo, cultural e informativo ciudadano.

Lamentablemente, en la práctica no existe la preocupación por darle a la juventud una adecuada formación cívica ni desarrollamos una alfabetización multimedia positiva y útil que convierta al usuario del internet en mejor ciudadano y a la tecnología en el instrumento innovador que apoye los procesos cualitativos de la Educación para la democracia.

Esto es preocupante porque el desarrollo de la competencia mediática y de la información podría permitir el desarrollo de la democracia, con nuevas generaciones de ciudadanos con valores éticos y voluntad para actuar a favor de Manabí y el país.