Estas mismas actitudes son la que laceran y abusan hoy en países como Cuba, Nicaragua y Venezuela, soportando a los abusadores que a sangre y fuego hicieron crecer sus depósitos en dólares en Estados Unidos y otros lugares, a donde ya les han inmovilizado muchos millones, mientras los legítimos dueños que son los pueblos soportan el ultraje y la muerte sostenida por fuerzas totalitarias pagadas con los recursos que les han robado a los pueblos, y a su vez secuestraron al derecho y  la libertad  de las protestas justas, de quienes se lanzaron a desenmascarar a los dictadores, con cientos de víctimas  de  patriotas auténticos. Por ello el Ecuador estaba en la lista de los países que debían ir por iguales senderos, lo que felizmente no ha ocurrido gracias a la decisión del presidente Moreno y la oportuna apertura que él gestó y que hoy trata de cumplir realizando una estrategia muy mesurada hacia el servicio a todos los confines ciudadanos. Esta táctica tiene que ser cuidadosamente elaborada para que no se presenten ideas contradictorias entre los integrantes del equipo gubernamental, cuyas propuestas al ser entregadas a la nación deben tener coherencia en alto grado y los métodos para llegar a su realización tienen que ser compatibles entre las diversas opciones que se presentan, como parece sucedió en varios aspectos económicos dentro de la venidera proforma presupuestaria, lo que crea incertidumbres en el pueblo soberano y sus múltiples receptores. Se debe tener mucho cuidado cuando esto sea entregado a la opinión pública, lo decimos porque se requiere que exista un consenso entre personas y entidades que tienen a su cargo estas atribuciones. Dentro de todo esto tienen que haberse realizado estudios factibles en los proyectos que reciben las lógicas aspiraciones de los pueblos, que son más señeras: Salud, educación, vivienda, vialidad, que reconstruyen aquello que la ciudadanía cree más indispensable, y agradecerán ser atendidos por el bienestar general.  

Los colaboradores gubernamentales tienen a su cargo esta unificación de criterios y sistemas que lleven a una acción loable y posible de cumplir en períodos razonables, es decir, acción conjunta y efectiva para todo el país. Así debe suceder.