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Alta velocidad
Alta velocidad
Por: Rosa Dalia Cevallos

Viernes 09 Noviembre 2018 | 04:00

El aumento de velocidad aprobado por el municipio hace necesario recordar que aún aplicando la Ley de Tránsito -máximo 50 km en zonas urbanas- como lo es un sector densamente poblado de la Vía Puerto-Aeropuerto, ha cobrado muchas víctimas por el incumplimiento de los administradores de la ciudad en la colocación de radares, a falta de suficiente personal humano que no se lo ve ni en las calles céntricas. La descentralización del tránsito no ha sido positiva, pues la Policía dejó de tener injerencia en el tema. Al principio, al menos frente al municipio unos vigilantes municipales daban paso a los peatones, ahora los carros se echan encima de quienes intentan cruzar la calle 9.

Y sobre eso el complaciente cabildo dio luz verde a los amantes de la velocidad y del irrespeto a la vida humana. Pero si solamente hay playa, lo dicen algunos inconscientes que le niegan a los habitantes de aquella populosa zona  a caminar junto a la ciclovía. Quien quiera dirigirse a la playa ejerciendo su derecho al deporte, o bien para adquirir productos del mar en el mercado, debe caminar un largo tramo y usar los pasos  peatonales de Tarqui o de  Los Esteros.
La vía Puerto-Aeropuerto, inaugurada en el año 2004 y mejorada por el gobierno anterior, fue concebida para  interconectarlos, evitando que los vehículos circulen  por las calles de Tarqui y Los Esteros;  la intención no era convertirla en una autopista, razón que esgrimen los que defienden el aumento de la velocidad. Son apenas ocho kilómetros y medio de una carretera con varios carriles donde el tránsito automotor debe fluir.
Está demostrado que una de las peores fallas de nuestro país es precisamente  el tránsito, por lo que se ha prometido la instalación de un mayor número de radares y la  entrega de kits de emergencia a los buses interprovinciales e intercantonales.
Por calles mantenses en pendiente, algunos choferes bajan en buses a velocidad excesiva, sin que haya autoridad que las controle.  Un mensaje sobre la placa que dice “Informe cómo conduzco”, pero es imposible  leerlo. El número del teléfono debería pintarse a los lados de los buses  para que la población de alguna manera los vigile y proteja con ello a sus propios familiares. Parte el corazón pensar que una niña y  su abuela no estén más con su familia por el atropellamiento de un bus.
Por otra parte, negocios como Mi Comisariato, Pharmacy’s,  Mega Kiwy o Fybeca deben presionar para que se solucione la  casi imposibilidad de cruzar desde el concurrido mall hacia los locales mencionados. Por la calle 24 bajan todo tipo de vehículos y aún buses a alta velocidad, más riesgosos aún si se toma en cuenta la congestión del sector.  Hace poco no se permitía más de 30 km por hora. La avenida 7 es otra vía por donde los malos conductores, que parecen estar en mayoría, pasan  velozmente; tanto, que el laureado hotel Balandra, sorteando largos trámites, logró colocar un reductor de  velocidad, que está por cambiarse dados los daños que sufrió por las máquinas que removieron la vereda.
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