La demócrata fue una de las sorpresas de las elecciones de mitad de mandato presidencial en Estados Unidos celebradas el pasado martes, en las que se estableció un nuevo récord de mujeres elegidas para las dos Cámaras del Congreso, con 113 representantes y senadoras, frente a las 107 que había hasta ahora.

Después de una noche de tensión que terminó en alegría, la congresista electa dedicó la jornada de ayer a descansar junto a su esposo, Robert, y sus tres hijos, Willow, Jude y Siena, según dijo Melvin Félix, su jefe de campaña.

Votos. La exdecana asociada de la Escuela de Medicina de la Universidad Internacional de Florida (FIU), que contó durante la campaña con el apoyo del expresidente Barack Obama, obtuvo el 53 % de los votos emitidos en el Distrito 26 y su rival, el cubano-estadounidense Carlos Curbelo, un 41 %.

El 70 % de los electores de ese distrito son hispanos y la mitad de ellos son cubanos.

Nacida en Ecuador hace 47 años, Mucarsel-Powell llegó con su familia a Estados Unidos cuando tenía 14 años y al poco tiempo comenzó a trabajar en una tienda de donas para ayudar a su familia “a llegar a fin de mes”.

Desafío. “Como inmigrante de Ecuador y estadounidense de primera generación, conozco muchos de los desafíos que enfrentan los inmigrantes”, señaló durante la campaña.

La futura congresista es partidaria de dar la ciudadanía a los “soñadores”, los jóvenes hijos de indocumentados llegados al país en la infancia, y conceder el estatus de residente permanente para los titulares de estatutos temporales de protección (TPS).

También defiende la protección del proceso de asilo para quienes más lo necesitan, incluidos aquellos que han llegado recientemente de Venezuela y Nicaragua.

Mucarsel-Powell ganó su escaño legislativo con una agenda en defensa de la protección de la Ley de Cuidado Asequible de la Salud (ACA), puesta en marcha durante el Gobierno Obama (2009-2017) y atacada duramente por el presidente Donald Trump desde antes de su llegada a la Casa Blanca, aunque no ha podido erradicarla como se proponía.

La ecuatoriana es una partidaria de “una acción inmediata y efectiva” contra el cambio climático a través de la inversión en energía verde y la reducción de las emisiones de carbono.