Emergencia. Vera indicó que la declaratoria de emergencia, que se está pidiendo, debió ser luego del 16A y no ahora. “Es conocido que cuando hay obras de emergencia estas son dadas a dedo y se contrata a cualquier compañía, y muchas veces se lo hace por compromiso y estas no cumplen con las disposiciones del proyecto”, advirtió.

Señaló que ellos tienen 30 meses luchando para que se dé una solución, y esa lucha se la cristalizó con el convenio que firmaron el GPM y el BDE el 23 de octubre, para que los casi 18 millones de dólares que serán utilizados en la rehabilitación del sistema de riego sean administrados por el ente provincial. 

Durante la firma del convenio el prefecto Mariano Zambrano solicitó a los representantes del BDE y de la Secretaría de la Reconstrucción que autoricen contratar los trabajos bajo el sistema de  emergencia, porque la afectación de la obra fue por el terremoto del 2016, pero sobre todo para agilitar los trabajos.

La falta de agua afecta a agricultores de Bolívar, Chone, Tosagua y Junín. 

El gerente del BDE dijo que el pedido será analizado por el Comité de  Crédito del Banco y que harán las consultas al ministerio de Finanzas.

Regis Moreira, presidente de la Junta Cívica y de la Asamblea Cantonal de Calceta, también cree que la emergencia tenía sentido tras el terremoto. 

“Es una tomadura de pelo porque el convenio que firma el BDE dice que no se puede contratar por emergencia”, expresó.

Moreira indicó que después de 30 meses les siguen jugando “a la cuca”. Él espera que se contrate la obra ya.

El presidente de la Junta Parroquial de Quiroga, Armín Talledo, aduce que para el mejoramiento del sistema Carrizal-Chone solo hay dos vías, una es la licitación, que demorará más tiempo, y otra es por emergencia, que “es más viable, rápida, y que debe hacerse”, recalcó.

Indicó que el monto designado para la reparación no alcanzará para todo lo que hay que hacer, pero sostiene que por algo se debe empezar.

Sin beneficios. Leonardo Loor, quien vive en el sitio Colorado, de la parroquia Quiroga de Calceta, dijo que nunca pudieron beneficiarse, debido a que las tomas secundarias que van a las tuberías de riego quedaron lejos de su propiedad, por eso varias familias solo cultivan cuando llueve.

Bombas para jalar el agua es lo que utiliza Carmen Arteaga. Ella dice que esta obra no los ha beneficiado. María Navarrete también afirma no haber tenido nunca agua que provenga de la obra.