La lista de los casos prometidos y no cumplidos a nivel nacional es interminable, pero (el infaltable) voy a referirme aquí solamente a los que tienen relación con la provincia de Manabí:

1.- El Puerto de Transferencia y de Aguas Profundas de Manta, que a pesar de que alias “Inocencio” lo encontró concesionado a la Hutchinson, primera operadora de puertos del mundo, decidió “mandar sacando” a los chinos de la terminal portuaria manabita, y acto seguido elevó a categoría de “único puerto de aguas profundas del Ecuador” a Posorja (pequeño pesquero artesanal con 23.000 habitantes) mediante decreto N-1016 (mayo 25/2016), parroquia rural de Guayas, desprovista de todo, a 113 kilómetros de Guayaquil, y a la entrada de un canal (25 kilómetros) sin profundidad suficiente para el tráfico  de naves de gran calado, en donde, según entendidos,  cuesta más dragar el fondo de roca viva, que  toda la infraestructura requerida para la operación internacional de naves, pasajeros y carga.

2.- La Vía Intermodal Manta-Manaos que en teoría uniría los intereses comerciales de Brasil y Ecuador por tierra y por los ríos amazónicos, sin considerar que nuestros accesos fluviales al gran río-mar Amazonas se encuentran en territorio peruano y sin el calado necesario para la navegación de buques con carga pesada. Este proyecto quedó en el limbo. Primeramente, porque el gobierno correista nunca asignó recursos para construir la carretera Manta-Quevedo (primer tramo hacia el Oriente ecuatoriano), y menos aún para vencer con tecnologías la falta de profundidad de los susodichos ríos. Mientras tanto, los brasileros se cansaron de esperar nuestras indefiniciones y decidieron asociarse con los peruanos para ejecutar los proyectos comerciales que Ecuador abandonó.

3.- La Refinería del Pacífico en la que Ecuador ha dilapidado más de $ 1.500 millones, entre la compra sobrevaluada de tierras comunales en el sitio El Aromo (según denuncia Q.E.P.D. en Contraloría), el acueducto instalado por JoDebrecht (tenía que ser) que conduce agua desde el Carrizal para enfriar los calderos (¿?) de la quimérica planta refinadora, y el replanado del terreno que hoy luce desértico luego de que las retroexcavadoras, tractores y rodillos acabaron con la flora y la fauna silvestre del sector convirtiéndolo en un desierto salobre… árido para siempre. (Continuará)