Ella llegó hasta la tienda de su barrio y le pidió al vendedor que le hiciera recargas. Por cada una de las recargas le enviaban más números para que siguiera ingresando saldo. Mientras, la llamaban para decirle que le faltaba poco para completar el trámite.

Sin embargo, cuando se dio cuenta se había gastado en recargas 670 dólares, más de la mitad del precio de un S9, que puede costar entre 900 y mil dólares. Pero ya era tarde. De la euforia de haber ganado, pasó al susto por la deuda que acumuló en el minimarket. 

Enseguida dejó de hacer recargas y le confesó al dueño del local que no tenía cómo pagarle. El vendedor llamó a la Policía y llegaron hasta la ciudadela La Pradera para detener a la mujer. Pero la vecina y el tendero llegaron a un acuerdo de pago y así evitó ir a la cárcel. 

Después, llamó al número del que recibió la noticia del premio que nunca recibió y este ya no estaba activo. Además, se dirigió hasta la Fiscalía y presentó una denuncia por la estafa. 

La Policía mantiene una campaña contra las estafas en las redes sociales para evitar que haya más víctimas. 

Los casos. En la Fiscalía los casos de estafa a través de llamadas y de las redes sociales se denuncian hasta dos por semana en Manta. 

El fiscal Paco Delgado informó que para que se configure el delito de estafa debe haber engaño, toda vez que se entrega un bien a cambio de algo que no se efectiviza. 

El artículo 186 del Código Integral Penal sanciona el delito de estafa con una pena  de cinco a siete años. Hace un mes dos mujeres denunciaron ser estafadas, pero después de intentar vender un televisor y una lavadora a través de las redes sociales. A ambas les pagaron con cheques que no tenían fondo y les robaron. Ellas también presentaron una denuncia, pero ninguna recuperó lo robado.