Actualizado hace: 930 días 17 horas 1 minuto
Antonio Velásquez Kuffó
Educación en valores

Ante el auge delincuencial, en que ya nadie se siente seguro ni en su propio domicilio, se hace necesario insistir que en los planes antidelincuenciales se incluya esta teoría y práctica educativa, ya que también se debe atacar a las causas que originan este grave malestar social, así como llegar a rescatar a quienes todavía puedan ser reincorporados a la sociedad. Es prioritario emprender en una permanente campaña moralizadora a través de la educación en valores, a fin de prevenir actos reñidos con la moral y las buenas costumbres.

Jueves 18 Octubre 2018 | 04:00

Debe comenzarse en concienciar en los hogares, para que padres e hijos asimilen una mejor organización familiar y sean más responsables en sus conductas públicas y privadas, respetando a sus semejantes y protegiendo a los niños y a los ancianos.
Debe hacérselo como anteriormente se lo ejercitaba, a partir de la instrucción primaria y secundaria, con materias de obligado estudio como Moral y Cívica, Urbanidad, Ética y Lógica. Pueden, igualmente, las congregaciones religiosas seguir formando cristianamente a la población.
Se sugiere emprender en la divulgación de los principios morales y normas de conducta, a fin de cambiar esa idiosincrasia reprochable de muchos ecuatorianos, “de hacer cada cual lo que le viene en gana”, y que no es para asombrarnos del alto nivel de libertinaje para ingerir bebidas alcohólicas y hasta drogas en los lugares públicos, y de los jóvenes para protagonizar algazaras y hechos de violencia, al igual que ahora los niños en las escuelas, en el fenómeno social llamado bullying; a falta de mayor control docente y de la autoridad paterna. En esto último, por ignorarse los preceptos bíblicos “de que a los progenitores nos corresponde educar moralmente a nuestros vástagos”. Es también muy indispensable poner en vigencia el encomiable programa de “Educación para padres”, por cuanto casi nadie se prepara para esta gran responsabilidad.
Además, hay que inculcar que “tenemos que respetar para ser respetados” y de tratar de “ser honesto con los demás y consigo mismo”. Todo tiene que ejemplarizarse por parte de nuestra cuestionada clase política y autoridades en general, con sus funcionarios subalternos y mandos inferiores; que lamentablemente algunos han caído en la corrupción, salvo honrosas excepciones que aún existen, pero que “deben dar el mejor ejemplo, que es lo que verdaderamente educa”, tal lo expresó Juan Montalvo.
El Estado debe fomentar una cultura de lectura, para que ninguna persona se sienta atraída por escritos y emisiones radiales y televisivas dañinas, llenas de pornografía y de violencia como de incitación al consumismo, se controle el uso del internet, se apoyen más las prácticas deportivas y en lo laboral las iniciativas de emprendimiento productivo en planes micro empresariales de negocios y aprendizajes de oficios y artesanías; como este Gobierno de turno lo está haciendo, para que la gente salga de la pobreza que es “mala consejera” y, asimismo, se evite la ociosidad, que es la “madre  de los vicios”, y mucho peor con la actual proliferación de las drogas.
 
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