En su humilde vivienda, ubicada en las calles Palemón Martillo y Guayaquil. de Paján, comentó que hace tres años varias personas le facilitaron una silla de ruedas, pues no podía caminar antes de que pasara por el quirófano y perdiera una extremidad.

Juanita tiene 51 años de edad y posee el 40 por ciento de discapacidad.

La única ayuda que recibe son los 50 dólares del Bono de Desarrollo Humano.

Con una mirada triste, Juanita recuerda que antes de caer enferma vendía chuzos de carne.

Ella recorría las principales calles de Paján ofreciendo sus productos. Su compañero de negocios era su esposo Pedro Marcillo, quien permanece junto a ella en todo momento.

Él se dedica a las labores agrícolas, pero sus ingresos no cubren todos los gastos que genera la enfermedad de Juanita.

Una casa. Pedro dijo que dentro de la vivienda su esposa no puede movilizarse con normalidad. 

Las condiciones de la estructura, que quedó afectada luego del terremoto, no se lo permiten.  

Juanita y su esposo mencionaron que por más de dos años han hecho los trámites para acceder a una de las casas del gobierno, pero no han obtenido resultados favorables.

“Nos pidieron que arregláramos los papeles de la casa y aún no tenemos respuesta”, dijo Pedro. 

Sin embargo, no todo ha sido malo para esta familia. 

En unos días Juanita recibirá una silla de ruedas nueva.

Así lo afirmó Paola San Lucas, oriunda de la parroquia Guale, de Paján. Mencionó que desde hace tiempo viene trabajando en la labor social de forma voluntaria. Una de las hijas de Juanita fue quien se contactó con Paola por las redes sociales para que ayudara a su madre. Ahora Juanita tendrá una silla nueva, pero la ayuda no está completa. Ella todavía necesita una casa con mejores condiciones.