Pero no fue así y por ello hoy defiendo su proyecto, pues no es fácil enfrentar el mal, no es fácil enfrentar la corrupción, no es fácil combatirla cuando quienes la promueven son los que se decían amigos; por ello con  la objetividad con la que miro la situación, los ecuatorianos hoy debemos agradecer a éste Presidente el volver a tener democracia, libertad y el freno al despilfarro que nos hubiese llevado  a una situación como la de Venezuela, si la posición de Lenín Moreno gobernando este país hubiese sido como la de Maduro.

Ahora vemos participación, opiniones contrarias, discusión, derecho a la resistencia y a las diferentes formas de reclamo que tiene nuestra Constitución; eso significa democracia. Hoy muchos todavía están confundidos, creyendo que la obra realizada en 10 años es lo máximo;  olvidándose que son el producto de 10 años de auge económico, de endeudamiento, de sobreprecios, de créditos chinos donde la obra, la utilidad, el petróleo y los intereses por crédito los pactaron con China; se han puesto a pensar si esos recursos hubiesen sido bien distribuidos y que todo el sobreprecio y componendas petroleras las hubiesen invertido en educación y salud, hoy no tendríamos tanta escasez de dinero para compensar la inversión social pública.

Hay que leer, analizar lo ocurrido en Ecuador; y ya dejemos de enfrentarnos con tanto odio; porque ni siquiera a quien fue el creador de tanto enfrentamiento entre ecuatorianos se le puede irrespetar, pues bien o mal representó la máxima autoridad en Ecuador y fuimos nosotros quienes permitimos tanto abuso, pero eso ya es historia, y es ella la que lo aplaudirá o condenará.

Detener la corrupción hasta acabar con ella, es un proceso que tenemos que hacerlo entre todos; la mayoría no ha querido ni afrontarla porque les ha resultado más cómodo dejar que pasen las cosas, he allí las consecuencias de todo el proceso democrático que ha tenido Ecuador, donde las instituciones han sido presa de tanto atropello por parte de quienes las dirigían, y esto no fue solo en la época correísta.

Por ello hoy escribo, en defensa del ser humano, del hombre que a pesar de su discapacidad enfrenta una de las tareas más difíciles, la de acabar con la corrupción, la del hombre al que le llaman traidor por no prestarse a continuar con lo mismo y enfrentar a quienes creían que iba a ser el recibe órdenes; hoy defiendo al Presidente porque creo que ésta es la obra que realmente pasará a la historia; y desde esta trinchera saludo a todo aquel que crea que esta será la mejor inversión que haga el país y es acabar con la corrupción.