“Siento que aún no estoy preparada para dar detalles de todo lo que hago, de adónde salgo ni con quién voy. Con un  esposo ya todo es diferente, a mí me gusta ser independiente, tengo amigas que  deben pedir permiso para todo y eso no creo que lo soportaría”, dijo.  

Ella confesó que tiene una relación pero que es muy liberal y no quiere ir más allá. 

Ana forma parte de ese grupo de personas que no anhela una vida con una pareja y menos estar rodeado de hijos. 

En Ecuador existe la tendencia a la soltería. Según datos del 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el 36 % de los ecuatorianos están solteros, mientras que el 32,5 % casados y 20,4 % en unión libre.

Y ¿cuántos solteros de treinta y pico conoces? 

En Estados Unidos, por ejemplo, el 42 por ciento de la población trabajadora cumple esa condición, una tendencia que se repite con más o menos porcentaje  en la mayoría de los países desarrollados del mundo.

Más allá de analizar si es un problema o no llegar a los 35 años y no estar casado, estos datos marcan cambios en las conductas sociales de la población: Lo que años atrás era el estereotipo de una solterona o solterón empedernido, hoy resulta ser una característica generacional que responde al medio sociopolítico que les tocó vivir, según publica el sitio web infobae.com.

Y aunque estos treintañeros chocan con las exigencias y perplejidad de las generaciones que los anteceden, lo cierto es que sin prisa ni pausa van buscando su lugar en el mundo.

En Estados Unidos ya se estudian las características de consumo de esta población, sus inclinaciones políticas y preferencias sexuales para así saber a qué nueva sociedad dirigirse. 

 

Lo negativo.. Pero este aspecto no es del todo positivo, ya que según un estudio liderado por el profesor Andrew Oswald, de la universidad inglesa de Warwick, ser un soltero -o soltera- a los treinta años puede acortar la vida.

Como Bridget Jones en la película que relata su diario de mujer soltera de más de 30 años, Oswald habría llegado a la conclusión de que la falta de pareja a esa edad lleva tanto a hombres como mujeres a fumar, tomar más alcohol y otros vicios de la vida. Y según  otro estudio realizado el año pasado en Japón por el Instituto Nacional de Población, el 42 por ciento de los varones y el 44,2 por ciento de las mujeres entre 18 y 34 años son vírgenes. 

Más aún: el sexo no les interesa. Lo consideran un asunto engorroso.