Las cifras muestran cuán grave es el asunto. En nueve meses de este año se han registrado 186 víctimas, cuando el año pasado hubo 150. En el 2018 han ocurrido cerca de 20 muertes por este tipo de percances cada mes en la provincia.

Más allá, la alta accidentabilidad de las motocicletas representa un fuerte gasto en salud pública. Solamente en el hospital Verdi Cevallos Balda, en Portoviejo, hay cuatro médicos tratantes en el área de Traumatología, que operan a unas 20 personas semanales. De ellas, alrededor de 16 son por accidentes de tránsito y casi todos en motos, según la versión de los profesionales de la salud.

La recuperación lenta y dolorosa afecta a las familias, al entorno laboral de los heridos y ocasiona ingentes gastos para las casas asistenciales.

¿Qué es lo que está pasando? Podría aludirse a la falta de conciencia de los conductores, a la impericia o al desconocimiento de las normas de tránsito, o a que muchas personas manejan motocicletas sin tener los documentos habilitantes para ello.

Cualesquiera que fueren las causas, deben motivar la preocupación de las autoridades policiales, de los organismos de tránsito, de los entes locales, para que se tomen acciones preventivas. 

Además, la Comisión de Seguridad Vial de la Asamblea, que tiene a su cargo la revisión de las leyes de tránsito, debe tomar en cuenta este tipo de problemas para modificar o establecer el marco jurídico adecuado.