La mayoría de los pobladores acude a la misa. Le piden a su patrono que haga lo suyo, pero San Pedro se resiste a abrir la llave y La Chimborazo, un recinto de la parroquia Alluriquín (Santo Domingo de los Tsáchilas), sufre.

“Desde hace cinco años los ríos y los esteros se secaron y también los pozos”, dice Zoila Yánez, habitante del sector. 

Ella asegura que desde que se empezó a construir el túnel de conducción del proyecto hidroeléctrico Toachi Pilatón en el recinto sufren por falta de agua. Cuando llueve, por las quebradas fluye el agua dos o tres días. Luego vuelven a secarse. 

El túnel del que habla Zoila se construyó debajo de la superficie de la tierra y parte desde la captación del río Pilatón, pasando por la presa Toachi hasta desembocar en la descarga en Alluriquín, según la web del Ministerio de Electricidad y Energía Renovable. 

Los habitantes de La Chimborazo dicen que debido a la presencia  del túnel no tienen agua, pero muy pocos conocen la estructura. 

Ríos. La Chimborazo está compuesta por unas 40 casas y una escuela en la que se educan 20 niños.

Los adultos se dedican a la agricultura y la ganadería que, dada la sequía, cada día son menos rentables. Los moradores señalan que son al menos siete esteros los que han desaparecido.

En el camino que lleva hasta La Chimborazo es fácil comprobarlo. Por debajo de los cuatro puentes que se debe cruzar solo hay piedras. Las estructuras fueron construidas hace diez años ante el peligro que les representaba a los niños llegar a la escuela.

Zoila dice que antes el caudal de los esteros sobrepasaba en invierno el nivel de los puentes (cada uno de  cuatro metros de alto). 

Actualmente los cauces están completamente secos.  

Los esteros Alluriquín, Tunio, Los Jorges,  Zulay Andino, Castellano, entre otros,  desaparecieron. “Eran grandes, hacíamos una represa y nos bañábamos, ahora no hay nada, todo está sequito. En el campo ya no se siembra más de lo que había sembrado porque las plantas se mueren”, cuenta Zoila. 

Tanqueros. En La Chimborazo tomar un vaso de agua es un lujo. El recinto está compuesto por tres barrios: La Esperanza, San Pedro y San Juan.

Hasta el sitio, dos veces por semana llega un tanquero con agua de la Corporación Eléctrica del Ecuador, Celec Hidrotoapi, que administra el proyecto  Toachi Pilatón.   

Con el líquido llenan una decena de tanques. Los depósitos de agua están a la orilla del camino de tercer orden. 

“Hay que usar el agua poquito a poquito. Bañarse y lavar los platos con lo necesario. A las vacas les damos como para que no se nos mueran”, dice Zoila.

“Nos hicieron un tremendo daño haciendo esos túneles. Los ofrecimientos eran   lastrar la carretera, dar escuelas, pero ni el agua, que es lo principal, nos dan”, añade.

Los vecinos dicen que si el tanquero llegara todos los días, el líquido seguiría faltando para la agricultura y la ganadería.

Las reuniones de los dirigentes de La Chimborazo motivaron que la Secretaría de Gestión de Riesgos elaborara un informe para determinar los motivos de la sequía. 

Problema. El documento revela que “hay agrietamientos en la roca del túnel con filtraciones grandes de agua, lo que confirmaría la presencia de un acuífero en la zona y, de ser así, los niveles freáticos del mismo se verían afectados seriamente por agrietamientos en la roca y daños en la estructura del acuífero  en general, lo que puede ser la causa de caudal en las quebradas del sector”.  

Walter Molina, asesor en Riesgos de la Prefectura de Santo Domingo de los Tsáchilas, lo explica mejor. Dice que “la construcción del túnel del proyecto Toachi Pilatón fue mediante explosiones con dinamita, no con una tuneladora. Este método siempre va a producir resquebrajamiento de la roca. El entorno del eje del túnel está más fisurado, al fisurarse la roca, el agua descendió en su nivel superficial, está mucho más abajo de la superficie”, detalla.

Escuela. Los niños que estudian en la escuela Ciudad de Quito,  la única del recinto, no entienden de explicaciones técnicas.

El plantel está ubicado en el barrio San Juan y tiene resecas las tuberías, un tanque elevado y una piedra de lavar. 

Miguel Muñoz, el único docente, asegura que los 20 niños a su cargo llevan una botella con agua todos los días. Una parte se la toman y la otra la utilizan para limpiar los baños que son usados solo en casos emergentes.

Hasta hace cinco años el agua llegaba por gravedad a través de una manguera que venía de una vertiente desde la parte alta del barrio San Juan. 

“Ahora ya no hay ni para la escuela, ni para los niños, ni para remedio”, denuncia el maestro. 

“Todo es incierto y nadie nos comunica nada. Aún no sabemos si va a comenzar a operar la hidroeléctrica, está paralizada. Hemos pedido agua pero nada, una vez que termine el proyecto la compañía (los chinos, los rusos y Celec) se irá”, manifiesta. 

Según Molina, tardará un tiempo para que las fisuras hechas por los efectos de la dinamita se vuelvan a sellar con material de descomposición de rocas o por un volumen de agua sustancial para que vuelva a aparecer agua en los esteros. “Estamos hablando de años, tal vez décadas”, pronostica.

“Durante la construcción del túnel se evacuó una gran cantidad de agua, hasta se suspendieron los trabajos no por días, sino por meses. Hubo muertos por la inestabilidad de la roca. Debió haberse hecho con tuneladora, pero no hubiera sido económicamente rentable. Son rocas cristalinas muy duras al pie de los Andes, no es tan barato”, explica Molina.

Los pedidos. El pedido que han hecho los moradores a Celec Hidrotoapi es que construya un sistema de agua que lleve el líquido de la única vertiente que aún sobrevive en la zona.

Luis Anilema, presidente de La Chimborazo, explica que las solicitudes hechas a Celec no han tenido respuestas. 

“Nos dijeron que teníamos que constituir una junta de agua. Eso ya lo hicimos. Ahora se han hecho cambios administrativos y no se nos toma en cuenta”, manifiesta.

Este medio se comunicó con Celec y entregó un documento para solicitar una entrevista. El oficio fue entregado el 4 de octubre en las oficinas de la empresa en el kilómetro 71 de la vía Alóag-Santo Domingo y fue sumillado por la secretaria de Diego Pozo, gerente de Celec Hidrotoapi. Aún no hay respuesta. 

Willans Arteaga, presidente de la parroquia Alluriquín, ha mostrado su descontento por la problemática de La Chimborazo. 

“Es más que evidente que por esta obra se perdieron los caudales hídricos que había, pero Celec ha hecho un sinnúmero de controversias, nos dicen ‘no es por nuestro trabajo, es por la sequía y por la deforestación’, cuando realmente es por la construcción de los túneles. Eso está más que comprobado y verificado visualmente, mediante estudios no ha podido comprobarse porque Celec ha puesto trabas”, sostiene.   

La Chimborazo tiene tres años pidiendo un proyecto de compensación para que les den líquido. Son más de 150 familias las afectadas.

La gobernadora Mary Verduga asegura que Celec sí ha efectuado un proyecto para darle agua a La Chimborazo y que se trabaja en una ampliación. “Están por subir al portal el proyecto de ampliación de la red. No es que no se les ha dado, solo que en verano queda corta la instalación que se hizo”, afirma.

El proyecto hidroeléctrico Toachi Pilatón empezó su construcción hace diez años, con una inversión de 508 millones de dólares. 

El Gobierno planteaba que la obra iba a empezar a operar en el 2012. 

La hidroeléctrica ha pasado por tres administraciones, una brasileña, una china y una rusa. En un inicio, se adjudicó la obra a la constructora Odebrecht hasta su expulsión en el 2008. Paralizada hasta el 2010, la edificación de Toachi Pilatón pasó a manos de la empresa china CWE, y el montaje electromecánico se encargó a la compañía rusa Inter Rao, que inició los trabajos en el 2011.  

Ninguna de ellas, incluida la estatal Celec, ha dado una respuesta al pedido de La Chimborazo.