Jaritza, una de sus ñañas, está segura que la vida es injusta y que la muerte sale a pasear y se apodera de quien menos se piensa.

Puso como ejemplo el caso de su hermano Irving Andrés Alcívar Macías, de 27 años de edad, quien murió el año pasado, 40 días después de haber sufrido una descarga eléctrica mientras trabajaba en el tendido eléctrico de la ciudadela San Alejo. 

El día de la tragedia la familia se encontraba paseando por Ibarra y se vieron obligados a volver a la capital provincial ante la inesperada noticia.

Tras el viaje y luego de encontrarlo hospitalizado, no volvieron a verlo como antes. 

Él era chistoso y ocurrido. Siempre hacía bromas y tenía muchas ocurrencias.

Accidente. Fue en julio del 2017, alrededor de las 11h45. 

Ese día, según contaron los amigos y compañeros, Alcívar tendía un renovado cableado en el sector y de pronto se presentó una descarga en la línea de alta tensión, que fulminó al operario.

El hombre prestaba servicios en calidad de subcontratado para una empresa seleccionada por la empresa eléctrica. 

El cuerpo quedó sobre la escalera en la que se apoyaba. Luego de ser socorrido por sus compañeros, seguidamente fue trasladado a la sala de emergencias del hospital Verdi Cevallos de Portoviejo, donde los médicos corroboraron la gravedad de sus heridas.

Sufrimiento. Desde un primer momento el diagnóstico no fue alentador. 

Alcívar presentaba varias quemaduras en su cuerpo, pero además su cerebro había estado varios minutos sin recibir oxígeno, por lo que quedó ingresado con pronóstico reservado.

“Fueron días de mucha angustia. En principio parecería que se movía, pero los doctores nos dijeron que era producto de la corriente”, expresó Jaritza Alcívar.

Llegó el día del alta médica y para el efecto le adecuaban una habitación en su casa, pues debido al estado vegetal en que estaba precisaba de un sitio especial para él. Sin embargo, el 9 de agosto del 2017 llamaron a la familia del hospital para informar el deceso.