Se trata de policías cuya función es trabajar en forma mancomunada con clubes, asociaciones y otras formas de organización de la sociedad civil, a más de los ciudadanos de manera individual, para precautelar la seguridad de todos desde el seno mismo de la comunidad.

A través de ellos los ciudadanos pueden acceder a servicios como la instalación de botones de seguridad, alarmas comunitarias, traslado de valores, encargo de domicilio, entre otros, que contribuyen a vivir con tranquilidad y a darse la mano entre todos en caso de sucesos que vulneren la paz en los barrios.

Los policías comunitarios ofrecen, por ejemplo, a los ciudadanos la vigilancia rutinaria de sus domicilios mientras ellos están de viaje, o protección cuando acuden a instituciones bancarias a retirar sumas de dinero.

Su misión también es establecer acercamientos con los habitantes para demostrar que la Policía es una institución de servicio, de apoyo a las labores de los civiles, y desterrar cualquier imagen adversa que pudieran tener de ella. Así, sus elementos están prestos para brindar la capacitación que los ciudadanos requieran en temas vinculados con la seguridad.

Es de esperar que este acercamiento de la Policía a la comunidad continúe fortaleciéndose, siempre con la finalidad de reforzar la seguridad ciudadana y bajo el respeto a los derechos individuales.