Para impulsar la prosperidad económica y social  en un sistema democrático, hay que luchar para que las decisiones, resoluciones, los fallos y sentencias de los Poderes Públicos se den sin favor ni temor.

Siempre se ha buscado que los Poderes Públicos actúen con Justicia Transparencia. Ahora contemplamos con decepción que muchas decisiones del Poder Público fomentan el desorden que colindan con la corrupción. Las disposiciones Constitucionales se acatan, pero no se cumplen. 

En nuestra Constitución se proclama que el Ecuador es un Estado Constitucional de Derechos y Justicia Social (art. 1). Que en todo Procedimiento Judicial y Administrativo deben respetarse las reglas del debido proceso (art.76 N.1). Que la Seguridad Jurídica se fundamenta en el respeto de la Constitución (art. 82). La ley se acata pero no se cumple.

Tanto la Justicia Administrativa, como la Justicia Contenciosa, la que administran los entes públicos y la que administran los Jueces a veces causan desconcierto. 

Pero en el actual gobierno, desde que se “destapó la olla” se vienen conociendo actos que se han cometido y se siguen cometiendo en la Administración Pública que conmueve la conciencia ciudadana.

Se conoce que algunos actores vinculados al Poder Público han venido cobrando peaje a través de tramitón el invisible y otros de manera impúdica. Algunos congresistas crearon el “impuesto al trabajo”. Los que recibían nombramiento y otras prebendas tenían que participar a su Jefes de sus salarios. No es ningún secreto que algunos Operadores de Justicia invocan las leyes, las tablas procesales para “donar Justicia”. El Consejo de la Judicatura se enreda y siguen los lamentos.

Tenemos que organizarnos para que la Justicia en todos los órdenes sea un Servicio Público. Los Organismos de Control, singularmente el Consejo de la Judicatura, la Contraloría deben actuar con verticalidad, de tal manera que nadie dude que en sus fallos y decisiones no existe una sombra de la sombra que oscurezca la verdad.

Cuando ciertas decisiones de los Órganos de Control se toman bajo presión por intereses inconfesables sin respetar la verdad, nos invade el desánimo y pesimismo.