No es el primer escándalo de títulos académicos en dicho país. Esto devalúa el esfuerzo que supone un trabajo doctoral  y de maestrías que, para quienes lo hacen con seriedad, significa dedicar un gran esfuerzo intelectual y económico. Hay mucho en juego si se plantea un problema de validez de las certificaciones académicas. Sin embargo, hay una cuestión que se desprende del escándalo y es la necesidad de adaptar el sistema educativo -en general- al contexto de vida actual. El tiempo es una variable que nunca se detiene, se supone que el sistema de educación debe incorporar las nuevas metodologías que, además, acomoden las nuevas realidades donde el individuo se desarrolla, si esto sucede tenemos un modelo anacrónico.

Probablemente si Pedro Sánchez no fuese presidente del gobierno español, la pobre calidad de su tesis doctoral hubiese pasado desapercibida, es más llamativo el cuento por el hecho de que haya sido calificada como Cum Laude. En nuestro país también se ha cuestionado la velocidad de algunas autoridades en conseguir títulos académicos, así como, un popular caso de plagio de tesis. La problemática desprende algunas aristas para el análisis de la comunidad; 1. La necesidad de actualizar los modelos educativos para que abarquen la contemporaneidad 2. La responsabilidad de mantener la rigurosidad a la hora de certificar conocimientos y 3. El valor de la honestidad y la verdad, sobre todo, para personas que incursionan en el servicio público.

Sería una lástima que de este escándalo se pueda desprender que la academia española tenga problemas de calidad. Lo propio es que las instituciones cuyas certificaciones están siendo cuestionadas se manifiesten públicamente con la investigación y los resultados pertinentes que aclaren y corrijan los hechos. 

La rigurosidad no debe ser vista como una complicación o como una larga lista de trámites, quizá la simplificación  es la clave como estrategia de condensación de la información. Lo que antiguamente fue símbolo de intelectualidad en cuanto a la extensión y la eterna línea de requisitos no siempre significa una mejora del nivel. 

Es necesario tomar en cuenta que hoy la gente vive a otra a velocidad, los niños deben educarse desde un ángulo de resolución de conflictos; al final la vida es eso, resolver asuntos para darles valor o descartarlos.

Finalmente, la credibilidad es un valor que atañe al ser humano en todo lo que hace. Esa es la problemática principal, en la era de la información los secretos duran poco. La credibilidad y  la sinceridad serían, en tiempos de la post verdad, valores cuya conceptualización no puede ser tibia.