Hay decenas de devotos que elevan sus plegarias a la Virgen.

Entre ellos está Modesta Cevallos, oriunda de Portoviejo.

Todos los días visita la iglesia para agradecerle a la Virgen por las bendiciones que ha derramado en su vida y en la de su familia. 

Su fe por ella es enorme, tanto así que cada enfermedad y problema que ha tenido los pone en sus manos.

Modesta tiene 77 años de edad y desde que tiene uso de razón ha asistido a la iglesia.

Hace poco dejó de batallar contra una enfermedad.

Tenía problemas de tiroides  y asegura que un milagro de la Virgen mejoró su salud.

Unas cuantas lágrimas, uno que otro agradecimiento y las infaltables ofrendas son las acciones que se ven en el quincenario de la Virgen que durante todo el año luce radiante, siempre con un atuendo color beige.

“Su mirada irradia paz”, dice Lucía Intriago mientras toca los pies de la Virgen María como señal de devoción y fe. 

Isabel Hernández siempre estará agradecida con la Virgen, pues asegura que sus oraciones fueron escuchadas. La santísima le ayudó a terminar su carrera universitaria.

Ella estudió en Quito y la distancia no fue un obstáculo para mantener a la Virgen de la Merced presente en sus rezos y en su corazón.

“Lo he dicho en reiteradas ocasiones y se lo seguiré diciendo a mi familia, hijos y descendientes, que ella me dio la capacidad de seguir estudiando”, recuerda Hernández.

Ella siempre carga su escapulario y dice que no se lo quita ni para bañarse, pues cuando la fe es inmensa, es difícil alejarse de lo que más se ama.

Durante 40 años Wilfrido Pinargote ha rendido homenaje a la Virgen de la Merced con juegos pirotécnicos, un baile y ayudando al prójimo. 

Su devoción por la Virgen no tiene límites y en estas festividades no habrá excepción.

No se pierde un solo día del quincenario, menos el de la procesión porque es cuando alista actividades frente a su local, en las calles Chile y Alajuela, para rendir un justo homenaje a su patrona. 

Este año hará un baile popular frente a su negocio, donde otorgará canastas de víveres a los más necesitados, comentó el devoto.

Ayer iniciaron las actividades religiosas con el Rosario de la Aurora y una procesión que empezó en la calle Ricaurte, hasta llegar a la iglesia La Merced.