Se trata de un ave zancuda y de pico rojo, que se encuentra en la sabana y en medio de los sembríos de arroz.
Con el tiempo ha ido desapareciendo por el uso excesivo de insumo químicos que aplican los agricultores en el campo.
Carlos Bravo, quien vive el sector de Cedegé, en la vía Babahoyo-Montalvo, contó que antes capturaba hasta 20 gallaretas para vender, ahora solo atrapa ocho porque, según él, han desaparecido por el uso de insumos químicos.
Sabor. Vanessa Castro es una babahoyense que disfruta de la carne de este animal. Señala que su sabor es exquisito.
Cada vez que tiene antojo de comerse un seco de gallareta acude a las calles Sucre y Juan X. Marcos, único lugar donde se lo puede conseguir en horas de la noche, a un costo de cuatro dólares.
Castro comenta que con la gallareta también se pueden preparar otros platos como aguado, meloso y caldo de bola, pero hay que tener cuidado a la hora de comer porque tiene tendones muy finos y duros, similares a las espinas del pescado.
Los clientes llegaban de Durán y Guayaquil, la llevaban para el consumo familiar y hasta para la reventa, indicó Carlos Palma, quien se dedica a su venta.