Unos dos millones de católicos se congregaron este 20 de agosto en el cantón Catamayo, provincia de Loja, para caminar, como ya es una tradición, junto a la imagen de la Virgen del Cisne. Desde ese punto se dio inicio a su último recorrido, estimado en 36 kilómetros.
Previo a esta masiva peregrinación, el sacerdote Carlos Guamán ofició la ceremonia religiosa en la que resaltó la fe que tienen los devotos cada año: “El amor a la Churonita no tiene límites”.
Uno de los fieles que acompaña a la imagen, John Macas, contó que llegó desde Perú, porque su devoción por la Virgen nació cuando fue curado de una enfermedad que no quiso revelar.
Estaba previsto que la Virgen del Cisne llegara a las 16h00 y fuera recibida por las autoridades religiosas en el barrio Belén.
El itinerario marca que luego se traslade hasta la Brigada de Infantería, en las puertas de la ciudad, para finalmente llegar hasta la Catedral, donde recibirá el afecto de los fieles.