A pesar de haber sido contratado hace más de 15 años, el sistema de riego Carrizal-Chone sigue siendo una quimera para los habitantes de los cantones Junín, Bolívar, Tosagua y Chone, que ya deberían estar recibiendo plenamente los beneficios del agua, tanto para beber cuanto para regar sus extensas comarcas.
Contrario a ello, las poblaciones asentadas en la densa geografía a servir, continúan sintiendo esas necesidades, agravadas por los daños que el terremoto del 2016 causara en el sistema y que desacoplara la tubería que tiene una longitud total aproximada a los 60 kilómetros.
El relativo servicio que prestaba ha sido truncado, conociéndose que las gestiones para su rehabilitación está a paso de tortuga, desesperando a los agricultores, que no entienden por qué, si existe una cuenta especial para estos menesteres, que ha sido alimentada con recursos producto de las gestiones y leyes creadas para atender la emergencia causada por el terremoto.
Es que con esa ley de emergencia pudo haberse dispuesto las labores correspondientes al rescate de tan elemental como significativa obra de redención del campesino de esa extensa área manabita.
Mas, demora hasta que se concrete el proceso legal pertinente.
Vale, entonces, que la población en general sea enterada públicamente del manejo que se hace de este proyecto, así como cuándo la provincia podrá contar con la obra que significa herramienta vital para miles de agricultores y habitantes rurales.