El historiador Boris Zambrano señaló que en la zona rural se continúa usando diferentes clases de hierbas o montes para curar dolencias, y ahora con mucha más intensidad, ya que, según él, ha habido una revolución de estudio sobre las propiedades curativas que tienen muchas plantas.
Indicó que entre las especies más conocidas está el llantén, que, según él, se usa para combatir la gastritis.
“Se ubica la hoja en agua caliente y después se la bebe. La cebolla ayuda curando a quienes sufren de dolores de cabeza y los pulmones”, mencionó.
>Tradición. Aseguró que los padres y abuelos utilizaban el paico para atacar las lombrices intestinales; la hierba buena para daños de estómago, así mismo el oreganón, o la hierba luisa, que se la usa para que una persona pueda dormir bien. La hoja de guanábana sirve para combatir el resfrío.
“En los jardines de los campo, se tiene la sábila, que sirve para la insolación, la calvicie y la cura de heridas. El orégano, la ruda, la teatina y muchas plantas que están en el imaginario de la gente y que se tiene que rescatar. Considero que por mucha tecnología farmacéutica que haya, no se reemplazará lo natural como son las hierbas”, expresó.
El médico Jorge Bravo aseguró que se recomienda el uso de las plantas, ya que son antiinflamatorias y ansiolíticas (tranquilizantes), cuyo uso se remonta a la prehistoria y que en la actualidad se las continúa usando.
Dijo que la manzanilla alivia el insomnio, la neuralgia y trastornos nerviosos, y que además sirve como antiinflamatorio. Acotó que el romero alivia la gripe y resfriado, regula la menstruación y problemas circulatorios.
El ciudadano Carlos Vélez indicó que en su jardín tiene una farmacia natural, ya que tiene cultivado el toronjil, alcohol de menta, la albahaca, cedrón, la ruda de castilla y de gallinazo, entre otras plantas que usa según su dolencia.