El centro neurálgico de la actividad estuvo situado ayer en una de las esquinas de la Calle Cuarta del sureste de la ubre virginiana, donde Heather Heyer, de 32 años de edad, fue embestida brutalmente por un joven neonazi que condujo su vehículo a alta velocidad hacia una concentración antirracista.

Varios centenares de personas acudieron a ese punto, adornado con flores, fotografías, mensajes y cartas de recuerdo a Heyer.