Carmen Moreira es la hermana de los occisos y mamá del futbolista Junior Sornoza, figura del Fluminense de Brasil.

Ambos fueron muy influyentes en la carrera del centrocampista portovejense, y por eso cada vez que convierte un gol no duda en señalar y mirar al cielo para dedicarles el tanto.

Pugna. “El Chino” laboraba como albañil y formaba parte de un grupo de constructores de Las Piedras de Picoazá. El asesinato, según su hermana, respondió a la venganza de moradores de la misma parroquia donde vivía, quienes se distanciaron por varios hechos sangrientos suscitados a partir del año 2000.

Era tanto el coraje que se tenían en la ciudadela Briones, según Carmen Moreira, que se habían sentenciado mutuamente. Si alguien cruzaba la calle Che Guevara, se moría.

Víctima. José Moreira se convirtió en una víctima inocente del enfrentamiento. Cierta ocasión fue a visitar a un pariente a Las Cumbres y al volver a su casa le dieron un dólar para que pagara la carrera del taxi, ya que temían la represalia. 

Llegó a una tienda a comprar y entonces fue abordado por dos sujetos, uno de los cuales le pidió apoyo económico.

El albañil se portó renuente, ya que hacer dinero le representaba “sudar grueso”. Uno de los sujetos iba armado y su “socio” le quitó el arma. “Dame el dólar o te mato”, le había dicho el pistolero.

Disparo. Pero “El Chino”, sin medir las consecuencias, tomó el cañón del arma y se lo puso en el abdomen, lo incitó a accionar el arma si en verdad era hombre; segundos después se escuchó el estruendo. José se desplomó, mientras que el agresor se quedó a su lado esperando a que fueran a retirar el cuerpo para hacerles lo mismo.

La Policía fue al auxilio y al encontrarlo herido a “El Chino” lo llevaron al hospital Verdi Cevallos. El atentado fue a las 19h00 y en la madrugada salió del quirófano tras ser operado con éxito, sin embargo, delicado de salud por la sangre que perdió. 

El 17 de diciembre, cerca de las 09h00 ,dejó de existir “El Chino”. Antes se bromeó con los presentes, preguntó por su madre y le recomendó a Carmen apoyarlo a Junior, porque le veía condiciones para sobresalir en el fútbol.

Tragedia.  A Wilmer Alfredo Moreira se le apagó la vida a los 36 años de edad. Estaba por incorporarse como ingeniero eléctrico, era el hombre “orquesta en su familia” porque sabía de todo y no había artefacto que no pudiera reparar.

Días previos a su muerte bromeó con su hermana y le dijo que en caso de alguna desgracia ya tenía todo listo para ser sepultado como un “pelucón”, y en efecto, luego del percance, producto del seguro en su lugar de trabajo, fue llevado a una sala de velación; y como era de esperarlo, también fue velado en la casa de su hermana por un momento. Wilmer Moreira pereció en un accidente laboral a las 10h10 del 9 de junio del 2015. 

El tendido eléctrico estaba siendo mejorado en Santa Ana y desde muy temprano pusieron mano a la obra. Al notar que faltaba poco tiempo para reactivar el servicio se subió a un poste para ayudar a un compañero que se había retrasado.

De pronto hubo una explosión y Alfredo murió tras ser electrocutado. Dos compañeros resultaron con afectaciones menores.