Según informe de la Unase, la víctima es empleada de una empresa privada y reside en Manta.  

Ella, en el lapso de la semana que transcurrió, empezó a recibir varias llamadas telefónicas y mensajes de texto, donde le decían que si  no entregaba 30 mil dólares atentarían contra su vida y la de su familia.  

“Supuestamente la tenían vigilada desde hace varios días. Al igual que a familiares que tiene en Quito”, señala el informe de la Unase.

Seguimiento. La unidad policial, tras conocer este caso, tomó contacto con la víctima y la asesoró en temas de seguridad a ella y a su familia. Así como también en técnicas de negociación.

Luego de haber preparado la supuesta entrega del dinero, se procedió a organizar el operativo policial. 

En el lugar de la cita se descubrió a tres hombres que estarían involucrados en el delito de extorsión. 

Ellos en el momento que iban a recibir el dinero se percataron de la presencia policial y se dieron a la fuga, pero fueron alcanzados en los alrededores del centro comercial, señala el informe.

Los detenidos son Carlos C., Kelvin C. y Darwin  L.

A ellos se les encontró cuatro teléfonos celulares y cinco chips de teléfono.

Audiencia. Ayer fue la audiencia de flagrancia, en la que el juez de turno dictó prisión preventiva de 30 días para ser investigados del supuesto delito de extorsión. 

Los detenidos fueron trasladados por la tarde al centro de rehabilitación de Bahía de Caráquez, informó el fiscal de turno Anthony Padilla.     

El secuestro en Ecuador es una realidad. En el 2017 hubo 43 casos en el país. Pero no todos son iguales. 

La Organización de Las Naciones Unidas identifica 9 tipos: exprés, extorsivos, políticos o ideológicos, entre grupos delictivos, vinculados a disputas domésticas, con fines de explotación sexual, simulados, virtuales y para la venta de la víctima a un grupo delictivo. 

En Ecuador son más frecuentes los económicos, como los exprés, en los que los secuestradores buscan una recompensa monetaria inmediata.