Es el nombre del emprendimiento agro-ganadero-industrial-turístico que hace unos días a unas 200 personas fue “presentado en sociedad” por decir de alguna forma, con Amorfinos de Raymundo y Mariela Viteri como Maestra de Ceremonia, quien, por conocer bien al promotor de lo que hace unos años era una locura, de él destacó su amor al campo, creatividad y esfuerzo.
Señaló que se denomina así la hacienda, es por lo vivificante del agua, su ubicación en Manantiales -cantón Montecristi- y porque lo inspiró el nombre de la esposa del anfitrión. También destacó la trayectoria de este quiteño que hace décadas ancló la nave de su vida en Bahía de Caráquez y su vecindad, luego en Manta, Montecristi y sus alrededores; desde ahí, siempre su existencia e ideas fueron en y para Manabí, desde donde al país y al exterior envía los productos y resultados de la inagotable creatividad del numeroso equipo humano que él lidera, quienes materializan sus sueños, los que inicialmente parecen descabellados, hasta que con paciencia y constancia los vuelven exitosos y afortunados.
Es lo sucedido con esta hacienda, donde ahora se conjugan muchas plantaciones, destacándose plátanos, caña, café, cítricos, frutales, achiote, y pare de contar, lo que se mezcla con la actividad fabril, al de ellos producir licores, mermeladas, quesos y otros artículos que surgirán acorde al desarrollo de la producción-mercado que acaba de iniciarse con la centena de plazas de trabajo creadas en ese lugar, donde por el especial clima que posee está creciendo una variedad de café gourmet que con la asistencia de expertos colombianos que llevan esa bebida en su sangre, pronto lo disfrutaremos los ecuatorianos; a más, pueblan este agradable entorno, variedades de faisanes y otras aves, reses, equinos, porcinos y más animales que gozan del cuidado del personal de la hacienda. Como todo esto es para conocerlo y vivirlo, este visionario construyó media docena de confortables cabañas, lo mismo que muy cómodas instalaciones para confort de los visitantes nacionales y extranjeros que disfrutarán este diferente y saludable turismo de campo.
Esta realización sentimental-empresarial es otro más de sus brillantes y exitosos emprendimientos en Manabí; tal es la verdadera ciudad satélite aceleradamente creciendo alrededor de un campo de golf en Montecristi que, con “Puerto Conchita” -su Club de Playa- integra al cantón Jaramijó. Se destaca su obra emblemática, el “top ten” que es “La Fabril”. Lumbreras que entre otras surgen de la mente y tesón de Carlos González-Artigas Díaz, quien así aporta en mejorar la sociedad a la que nos debemos. ¡Bien por todo esto!
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