El coliseo del Luzhnikí fue el escenario de un cambio de orden, quizá de estilo tras el buen gusto del juego combinativo de España en el 2010 y de Alemania en Brasil 2014. En la Eurocopa 2016 Portugal le superó con esta misma medicina.

Francia lideró un modo que apuesta más por la firmeza defensiva, por el orden, el equilibrio, el aprovechamiento al máximo del balón parado y el vértigo de Kylian Mbappé junto al ‘principito’ Antoine Griezmann, convertido en nuevo rey. Ya ha logrado lo que otros grandes astros como Lionel Messi, Cristiano Ronaldo y Neymar, a cuya mesa quería sentarse, no han conseguido.

Croacia no decepcionó. Jugó con todo lo que el corazón le dio tras el gran desgaste acumulado, pero un tanto en propio arco y un gol de penalti señalado a través del VAR dinamitaron su moral. Con el tercer tanto, premio al buen trabajo de Paúl Pogba, ya se vino abajo. La montaña era demasiado alta como para pensar en la hazaña.

Didier Deschamps cumplió con lo previsto. Formó con el once de gala,  el que tan buenos réditos le ha dado a lo largo del torneo. 

En el tablero del Luzhnikí  estaban puestas todas las primeras piezas, las que marcaron los diferentes estilos y los modelos que llevaron a las dos escuadras para renovar el panorama futbolístico mundial.

Los croatas salieron a adueñarse del partido desde el inicio. Con un alto grado de concentración y de manejo de pelota. Los franceses en cambio vieron en el balón parado su principal arma para poder hacer daño.  

El equipo conducido por Deschamps se puso arriba en el marcador con un autogol de Mario Mandzukic, que en su afán de rechazar envió el balón a su propio arco. Las otras conquistas fueron anotadas por Antoine Griezmann por la vía del penal, luego que el árbitro Néstor Pitana se ayudara con el VAR. Paúl Pogba y Kylian 

Mbappé cerraron la goleada. 

Para Croacia anotaron Ivan Perisic y Mandzukic.

Cuando el árbitro argentino Pitana indicó el final del encuentro, se desató la alegría francesa. Brotaron las sonrisas, las lágrimas y los abrazos entre futbolistas y cuerpo técnico, quienes coronaron una campaña con el título más ansiado. 

Hugo Lloris, guardameta y capitán de la selección francesa, alzó al cielo de Moscú la Copa que acredita a “les bleus” como campeones ‘du monde’.

Lloris recibió el trofeo en el centro del terreno de juego del estadio Luzhnikí de manos del presidente de la FIFA, Gianni Infantino; y en presencia del presidente ruso, Vladimir Putín; del presidente francés, Emmanuel Macron; y de la presidenta de Croacia, Kolinda Grabar-Kitarovic.

Francia será campeona durante más de cuatro años, hasta cuando se juegue la final del Mundial de Catar 2022.

 

>iguala marca. El francés Deschamps, campeón del mundo como jugador en 1998, conquistó ayer el título mundialista como seleccionador ‘bleu’, lo que le equipara con el brasileño Mario Zagallo y el alemán Franz Beckenbauer. “Significa cerrar un círculo y es un orgullo personal, pero honestamente es algo secundario. Yo me siento feliz por la felicidad de mis jugadores”, 

señaló.

El atacante francés Antoine Griezmann, elegido mejor jugador de la final ante la selección croata, afirmó que ganar el Mundial “es algo gigante” y se mostró “muy orgulloso” de sus compañeros y de todos los miembros del cuerpo técnico. “Somos un grupo unido y hoy (ayer) hicimos historia”, dijo.